martes, 15 de noviembre de 2011

DISCURSOS POLITICOS

Por Agustín Muñoz V.

En un apartado lugar de la banda de Gaza, un apenas adolescente que se ocupa del cuidado de un puñado de cabras, sin contacto aparente con el resto de la humanidad, sin medios de comunicación a su alcance, cercado por un silencio casi ancestral que solo ha sido interrumpido por los bombardeos y silbidos de balas, roquetes y obuses, responde casi somnoliento, sin entusiasmo, a las consultas del periodista británico. Parece no saber muchas cosas e ignorar lo que sucede incluso en su propio territorio. Sin embargo cuando el francés le pregunta por Mahmoud Abbas parece despertarse y puño en alto exclama: Basta, Basta, Basta, parafraseando el discurso pronunciado por el líder palestino, solo algunas horas antes, en el pódium de las Naciones Unidas. ¿Cómo se enteró este remoto pastor del pedido de Abbas a la comunidad internacional? ¿Quien lo informó de la indignación y exasperación del palestino, que con esas tres palabras hizo vibrar al mundo entero y de paso, junto con poner en jaque a la diplomacia norteamericana, logró un sitio de honor en el tablero de los grandes dirigentes? No lo dice; solamente sonríe con orgullo y con sus dos manos muestra la árida tierra.

¿Dispondría el cabrero palestino de algún teléfono celular guardado en su turbante o en algún lugar de su pobre vestimenta? Lo más probable es que no haya sido así, sino que haya operado la transmisión oral de boca en boca. Esto recuerda las antiguas formas de comunicarse que ya la mitología greco-latina nos ilustró con sus dioses con alas en los pies; los tam-tames africanos; los pedestres mensajeros o los habladores en las antiguas civilizaciones de nuestro continente latinoamericano que eran portadores de información, de entretención y noticias.

Nuestra niñez en un país tan alejado como Chile, estuvo al margen de teléfonos celulares, de fax, de computadores, de correo electrónico. El teléfono era de raro uso y reservado solamente para los hogares de la clase media bastante acomodada. La televisión recién la conocimos con ocasión del mundial de futbol de 1962 y la imagen de la política era fundamentalmente transmitida por los noticieros que, obligatoriamente, precedían en la época a las películas del fin de semana en los cines del centro de Santiago. Sin embargo, sabíamos bastante de lo que ocurría en el mundo. Ya conocíamos y habíamos escuchado el verbo de nuestros gobernantes y de nuestros líderes. Lo esencial de la información y de la noticia era proporcionada por la radio, por la prensa, por el cine o, de manera mucho más amena e inteligente, por esas maravillosas revistas que fueron la argentina Patoruzito creada por Dante Quinterno y la chilena El Peneca, dirigida por Elvira Santa Cruz Ossa más conocida como Roxane.

La escuela jugaba igualmente un rol de información política. Algunos de nuestros maestros se referían en sus clases a la contingencia política nacional o internacional expresando sus opiniones no siempre progresistas. Las conversaciones familiares contribuían al interés por la política y orientaban, sin que lo supiéramos, nuestras futuras opciones. A veces esas platicas amenas, nos creaban grandes incertidumbres, como cuando algún familiar o amigo salía con la repetida y poco tolerante frasecita que para conservar la amistad y la familia había que descartar de las conversaciones los temas referidos a la religión y a la política.

El barrio y los amigos era otro núcleo que contribuía al conocimiento a través de la palabra, del intercambio de información, de ideas y de opiniones. Con algunos amigos de mi barrio escuchamos con reverencia y en un silencio respetuoso, al Che Guevara y los larguísimos discursos de más de siete horas pronunciados por Fidel Castro, quien creó escuela en Chile en algunos políticos criollos que nos aburrieron hablando en el vacío la misma cantidad de horas que el barbudo líder.

Hasta el transporte público era un medio de información, de intercambio o de polémica. Recuerdo, como si hubiese ocurrido ayer, la conversación en elevado tono que en un destartalado microbús de la línea 20, “Vivaceta-Matadero”, sostenían en 1960, dos personas que habitualmente se movilizaban a la misma hora que yo y que hacían ostentación de su pertenencia al Partido de Eduardo Frei Montalva, el PDC, creado solo tres años antes. En la conversación discutían acerca de Cuba y de su reciente revolución pronosticando casi a gritos, para que todos escucharan, que “a ese gallo no le quedan más de dos meses”. Si aun viven esos aprendices de agoreros, deben recordar nuestras poco diplomáticas protestas por sus provocadores pronósticos que se demostraron tan errados.

El acercamiento más directo con los grandes líderes criollos de nuestra provinciana juventud se dio en las grandes concentraciones sindicales y políticas que se realizaban en las calles, fundamentalmente en la Alameda, en el estadio nacional, en la plaza de la Constitución, en la plaza Artesanos en las cercanías de la estación Mapocho, en los Teatros Caupolicán de la calle San Diego y en el Balmaceda al lado de la piscina escolar. Era esta la única temperada de Chile y cuando se averió la caldera, jodió a toda una generación de nadadores chilenos pues tardaron diez años en repararla... En esos sitios embrujaron con su palabra finos oradores como Salvador Allende, Arturo Alessandri Palma, Eduardo Frei M, Clotario Blest, Lucho Figueroa o personajes internacionales de la talla de un Juan Domingo Perón, invitado de Carlos Ibáñez del Campo, que expone brillantemente la idea de una unión política y económica entre Chile, Brasil y Argentina, un Mercosur de los años 50.

El poder legislativo a través de las Cámaras de Diputados y de Senadores es el escenario de históricos duelos oratorios. Destacan allí el populista Arturo Alessandri Palma, el radical Raúl Rettig, el conservador Francisco Bulnes Sanfuentes, apodado “el marqués”, el comunista Volodia Teitelboin, Salvador Allende y el ingenioso Mario Palestro que desconcierta a los honorables diputados cuando al equivocarse en un discurso en que amenaza a la derecha chilena con la espada de Pericles y al ser corregido por otro parlamentario, responde de inmediato, espontaneo, sin titubeos: ¿“Entonces, honorable colega, Pericles no podía tener espada?

Carlos Altamirano, senador chileno y secretario general del Partido Socialista, sin ser un orador excelso, lograba atraer el interés de la audiencia con sus palabras llenas de cultura y de inteligencia. Su famoso discurso del 9 de septiembre de 1973 pronunciado en el Estadio Chile, ha servido, muy injustamente, hasta ahora, como una justificación del golpe de estado del día 11. Esa intervención que casi nadie conoce y que pocos escucharon, denuncia las tentativas de la oposición, del terrorismo de derecha y de las fuerzas armadas para desestabilizar el gobierno y producir el derrocamiento del presidente Allende por medio de un golpe de estado. Es un discurso claro, con detalles precisos y adornados con un bello poema de Nicolás Guillén en que pone en evidencia los hechos sediciosos, que se venían gestando desde el día mismo en que Allende fue elegido.

En otras latitudes latinoamericanas destacaron en la Constituyente mexicana del 17, oradores de gran talla, como Francisco Javier Mujica. José Vasconcelos y Antonio Caso. El General Lázaro Cárdenas conmueve con su discurso desde el Palacio Nacional del 18 de marzo de 1938 anunciando la expropiación de las industrias petroleras. Políticos más actuales como el jurista Porfirio Muñoz Ledo; el que fuera rector de la UNAM, en 1968, Javier Barros Serra y, por supuesto, el Presidente Echeverría forman parte del panteón mexicano de oratoria.

Rodrigo Carazo ex presidente de Costa Rica hizo vibrar a las masas con su verba incendiaria y llena de pasión. Aun se recuerda su discurso de la campaña presidencial de 1978 en que terminaba diciendo entre los estruendosos aplausos: “Yo voy adelante, yo voy al frente, yo doy la cara, porque ustedes, el pueblo, mis amigos, vienen detrás y me respaldan”.

El derechista guatemalteco Vinizio Cerezo Arévalo fue otro orador de prestigio y polemista temido por sus adversarios políticos que esquivaban enfrentarse en duelos oratorios con Cerezo.

Argentinos, uruguayos y peruanos maravillan y entusiasman con sus recursos de lenguaje en que el mensaje es preciso bien articulado, culto y lleno de pasión. Cómo no recordar a la maravillosa Evita que desde el balcón de la Casa rosada hiciera llorar de emoción a las multitudes bonaerenses. Como no recordar a su esposo, Juan Domingo Perón, arengando a los descamisados o, en un arrebato de furia en su discurso del 1° de mayo de 1974, tratando de “imberbes y estúpidos” a los jóvenes peronistas del movimiento Montoneros que lo interrumpían al grito de “¿Qué pasa, General, que está lleno de gorilas el gobierno popular? “.

Jorge Abelardo Ramos, candidato a la presidencia, historiador de gran sapiencia fue también un talentoso orador y expositor en el inicio de los años de plomo en Argentina.

El senador uruguayo Zelmar Michelini fundador del Frente Amplio fue un vibrante expositor que despertó interés y entusiasmo en la población. Fue secuestrado y asesinado por la policía federal argentina en 1976 en el marco de la Operación Cóndor.

Fue famoso el discurso del senador Américo Pla Rodríguez la noche del golpe de estado de junio de 1973. Sus destacados discípulos aun recuerdan con emoción su verbo y sapiencia en la cátedra de derecho del trabajo.

Los peruanos han sido eximios en el manejo del lenguaje. Víctor Raúl Haya de la Torre, quien fundara el APRA, ha sido uno de los más destacados maestros, seguido muy de cerca por Alan García y por quien fue Ministro de Trabajo y Director regional de la OIT, Carlos d’Ugart.

Magníficos oradores son también los españoles. Combinan la sabiduría, la pasión y el dominio del lenguaje en sus diversas cadencias, atacando, ironizando agitando, convenciendo. Fernando Suarez, Alfonso Guerra, Nicolás Sartorius o Felipe González son un buen ejemplo.

La televisión actual ha contribuido a un cambio sustancial en la forma de transmitir el mensaje político y ha ayudado muchas veces a la construcción de realidades ficticias en función de los criterios impuestos por quienes sustentan el poder. Del encendido discurso, lleno de pasión, de emotividad, de metáforas, de alusiones y de espontaneidad, la TV. impone un discurso más racional, más directo, muy preparado técnicamente por expertos colaboradores. Esto le da riqueza de contenido y evita la famosa “langue de bois”, el hablar sin decir nada. Sin embargo, la palabra pierde ese encanto que cautiva y sobretodo pierde su esencia, se desvincula de la creatividad se convierte en algo puramente fisiológico.

Lo que el maravilloso lingüista suizo Ferdinand de Saussire estableció como “lengua”, es decir el acto síquico cerebral, la unión del concepto con el símbolo, comienza a desvanecerse y nuestros políticos o expositores entran a la utilización de la “palabra” como acto físico, lo que podría hacer un papagayo bien adiestrado. El vacío cerebral que se produjo en el candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, durante el debate televisado de hace algunos días es un ejemplo de ello. Su mensaje no era auténticamente de él. Lo habían preparado sus consejeros. Rick Perry se limitó solo a mal memorizar el contenido.

Discursos políticos ha habido muchos a lo largo de la historia contemporánea, pero solamente algunos han logrado la inmortalidad.

La voz profunda de Charles de Gaulle conmovió a sus compatriotas y al mundo con el llamado del 18 de junio de 1940 invitando a sus compatriotas a resistir, lavando así el honor de Francia, ocupada por el nazismo. Entusiasma y desconcierta años más tarde en Montreal, un 24 de julio de 1967, cuando finaliza su intervención con la célebre frase Viva Quebec libre, creando un serio incidente diplomático, pero reafirmando la francofonía y la identidad de los ciudadanos de Quebec.

Winston Churchill, orador destacado expresó en un encendido discurso ante el parlamento británico el 13 de mayo de 1940, en pleno conflicto bélico, que en ese momento no podía ofrecer a sus compatriotas nada más que “sangre, dolor, lágrimas y sudor”. Ello era el sacrificio necesario para alcanzar la victoria y fue comprendido.

Dolores Ibàrurri, excelsa oradora, deja para la posteridad aparte de su ejemplo de militante honesta y de consecuencia política su famoso discurso del 18 de julio de 1936. Más conocida como la Pasionaria, por el seudónimo que utilizaba para firmar sus artículos en la prensa partidaria, se dirige a la nación desde una radio instalada en el Ministerio del Interior, en Madrid. Desde allí llama al pueblo a resistir a la sublevación fascista para conservar las conquistas democráticas y la libertad del pueblo. Su famoso No pasaran, se convertirá en el símbolo de todas las luchas antifascista en el mundo.

Martin Luther King, militante de los derechos humanos en general, de los derechos civiles de la causa negra en particular y de un entendimiento fraterno entre blancos y negros, ha sido uno de los más brillantes oradores norteamericanos de todos los tiempos. Como pastor bautista perfecciona su talento oratorio que lo demostrara en cientos de ocasiones y que lo empleará magistralmente en su discurso del 28 de agosto de 1963: I have a dream. Luther King es asesinado el 4 de abril de 1968. Dos otros brillantes oradores norteamericanos habían sido asesinados igualmente algunos años antes: Malcolm X y J.F. Kennedy en 1963.

El presidente Kennedy es sin dudas un líder político de excepción, agitador, polemista, gran expositor. Se destaca por sus discursos directos, de gran contenido político y rico en alusiones históricas. Los prepara él mismo, con el concurso de su consejero Ted Sorensen. Deja muchas de sus intervenciones para la posteridad, pero uno de los que marcô a la opinión pública mundial y que ha quedado como un símbolo de un clamor por la libertad fue el que pronunció en Berlín, en plena guerra fría, el 26 de junio de 1963, ante una multitud de cientos de miles de personas que explotan de alegría, de entusiasmo y lo aplauden estrepitosamente durante varios minutos, cuando finaliza con la frase inmortal de: ¡Ich bin ein berliner! (Yo soy un berlinés).

El presidente Salvador Allende conmovió a los asistentes y desencadenó estruendosos aplausos en el pódium de Naciones Unidas el 4 de diciembre de 1972 con su intervención que se inicia con:” vengo de Chile, un país pequeño, pero donde cualquier ciudadano es libre de expresarse como mejor prefiera, de irrestricta tolerancia cultural, religiosa e ideológica, donde la discriminación racial no tiene cabida. Un país con una clase obrera unida en una sola organización sindical, donde el sufragio universal y secreto es el vehículo de definición de un régimen multipartidista…”. En esta alocución expone los principales problemas del país y la agresión de la que es objeto. Clara, lúcida y premonitoria intervención del presidente mártir.

Hoy en día casi toda la clase política dicen lo mismo, utilizan idénticos soportes estadísticos y los Power Point podrían transmitirse de un orador a otro, poco importa si son de corrientes políticas distintas. Ya no hablan. Leen estrictamente todo lo que está escrito en la pantalla o en la filmina. Hasta generalmente se visten todos igual, mal aconsejados por los expertos en imagen y en comunicación. Hay una especie de uniforme que consiste en traje azul marino y corbata roja, como si asistieran a un desfile del 1 de Mayo. Esto ha sido adoptado en forma unánime aunque ello les reste originalidad.

¡Cuánta distancia hay con aquellos discursos o intervenciones que impactaron a la humanidad y hoy forman parte de la historia!

jueves, 29 de septiembre de 2011

INDIGNEMONOS TODOS


Por Agustín Muñoz V.


Interesante país Francia. No solamente por su cultura, por su apasionante pasado, por su belleza arquitectural, por su gastronomía, por sus contribución al desarrollo de la ciencia, de las artes, de los valores democráticos, por su aporte al cambio, a la justicia social y a la defensa de los derechos humanos; a pesar de algunos repudiables episodios en su historia pasada y reciente.
La Revolución francesa, la Comuna de Paris, la lucha de la resistencia contra el nazismo y contra la ocupación alemana, el esfuerzo individual y colectivo a la redacción y aprobación de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, Mayo del 68, la elección de François Mitterrand y las ilusiones que se generan en la población, fundamentalmente en los jóvenes, son algunas muestras someras de la fuerza del compromiso que ha existido en la mayoría ciudadana de ese país con la idea de construir un mundo mejor, con equidad, justicia, tolerancia y libertad.
Hace casi un año, en diciembre de 2010, una destacada y casi olvidada figura intelectual gala, que resistió al nazismo y combatió a la ocupación alemana, Stéphane Hessel, resurgió nuevamente con un breve ensayo que despertó un enorme entusiasmo, sobre todo entre los jóvenes: Indignez Vous (Indígnese). Este opúsculo de 20 páginas, notas y postfacio del editor incluido, ha sido difundido, traducido y ampliamente comentado en el mundo entero. ¿En qué ha radicado su éxito? ¿Por qué esta publicación ha despertado tanto entusiasmo al punto de ser considerada la motivación esencial de los movimientos sociales de los últimos seis meses en las diferentes regiones del globo? Es difícil encontrar o dar una respuesta válida y no es mi intención sumarme a las muchas y doctas explicaciones que se han avanzado. Recordaré, sin embargo, que Hessel pone en exergo tres cuestiones fundamentales que han hecho reflexionar a la ciudadanía, la que normalmente es indiferente, o no se expresa, o lo hace a través de la mediación de entidades que paulatinamente han ido haciendo caso omiso de los puntos de vista de sus representados.
La primera es el llamado a indignarse individual y colectivamente, utilizando las redes y los modernos medios de comunicación existentes contra las injusticias de todo orden, pero fundamentalmente contra aquellas que atentan a la libertad, a la dignidad y a los derechos fundamentales de las personas. La segunda cuestión que evoca es la necesidad de romper con la indiferencia a la que califica como la peor de las actitudes frente a un mundo lleno de injusticias, haciendo un llamado a tener una actitud de compromiso militante para superar las múltiple inequidades existentes y que se plasman en las enormes desigualdades; en el atropello constante a los Derechos Humanos; en la discriminación por sexo, por raza, por nacionalidad; en las ausencias de libertad de expresión; en la negación del derecho al trabajo; al empleo decente y a la libre circulación de personas. El tercer problema planteado es su convocatoria a una insurrección pacifica, no violenta, aunque existan causas tan indignantes como la situación de la Palestina, tema de relevante actualidad y que Hessel lo presenta como un motivo particular de indignación personal.
Visionario y premonitor nuestro anciano militante, pues a los pocos días de haber terminado de escribir su libro comienzan las protestas y los levantamientos populares en el mundo árabe. Túnez inicia la rebelión el 17 de diciembre de 2010 y el presidente dictador Ben Ali que gobernaba desde 1987 es depuesto: se refugia en Arabia Saudita y posteriormente es juzgado por contumacia de crímenes, corrupción y crápula. El pueblo exige reformas que aseguren repartición equitable de la riqueza, empleo y salarios decentes, democracia, respeto, dignidad. La gente se comunica y convoca a través de internet, de celulares, de las redes sociales y, en un principio, protesta pacíficamente, tal como lo concibe Hessel. Nadie pudo imaginar que la autoinmolación de un diplomado vendedor de frutas tunecino, luego que su mercadería fuese confiscada por la policía, iba a desencadenar una masiva indignación e insurrección popular que terminaría con la caída del presidente dictador Ben Ali, y de su régimen.
El ejemplo de Túnez se extiende más allá de sus fronteras. En Egipto la ciudadanía depone a Hosni Moubarak e instala un gobierno de transición democrática. Libia se rebela contra el dictador Mouammar Kadhafi, otrora figura venerada del movimiento de los No Alineados y de la izquierda en general. La guerra civil estalla y Kadhafi da los últimos suspiros. La oposición al Presidente dictador de Yemen, Ali Abdallah Salah logra, al cabo de siete meses de protestas seguidas de una sanguinaria represión, que Salah presionado además por la comunidad internacional, organice, en principio, una transferencia pacífica del poder a las fuerzas opositoras. Siria se estremece por las protestas que comienzan en febrero de este año y por la represión del dictador Bachar el – Assad quien con el apoyo del Partido Bass, preside el país desde el 2000, pero cuya dinastía ocupa el poder desde 1971. La represión es feroz, los miles de muertos obligan al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a condenar la violación de los Derechos Humanos y la represión imperante. La rebelión continúa, las esperanzas crecen. Los Emiratos Árabes se despiertan. Las protestan ensordecen a Bahréin y luego de negociaciones y promesas se calman. El Rey de Arabia Saudita, bastante inquieto por lo que ocurre en la región y por el peligro del contagio, hace algunas concesiones y de importancia: el derecho a voto para las mujeres. Argelia, Israel, Jordania, Marruecos, Mauritania, conocen igualmente la voz de los que claman por la libertad y la justicia.
El presidente de la Alta Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas también se indigna una vez más y esta vez con la fuerza que da una justa causa solicita oficialmente el reconocimiento del Estado Palestino: “luego de 63 años de sufrimientos: basta, basta, basta” clama indignado desde el pódium de la ONU.
Los países europeos sacan cuentas, piensan en el petróleo, apoyan las demandas democráticas y abandonan a sus antiguos protegidos. Pero también en Grecia Italia, Inglaterra, Francia, España, los indignados se organizan. Los griegos salen por miles a las calles, ahogados por la crisis de la deuda, por las medidas de austeridad que se imponen ante la inminencia de un default, medidas que afectan siempre a los que no tienen nada o muy poco.
Los españoles protestan en todo el país. Acampan en lugares céntricos, duermen en las plazas, repudian a los partidos políticos tradicionales, fundamentalmente al PP y al PSOE, a los sindicatos. Piden más participación en la vida democrática, mayor justicia social, medidas contra lo que ellos llaman el imperialismo financiero. Al igual que árabes griegos e italianos son manifestantes jóvenes que a pesar de sus diplomas ven un futuro incierto, angustiante. El 15 de Mayo el Movimiento se estructura y se organiza. Se establecen grupos de trabajo para preparar las reivindicaciones y propuestas. Trabajan en asambleas populares abiertas. El poder político acorralado por la crisis económica, por la contestación social, muy desprestigiado, busca los medios de absorber y recuperar al movimiento. Los indignados españoles no ceden; continúan sus protestas, ganando terreno y respeto. Ahora están convocando para una masiva movilización el próximo 15 de octubre.
América Latina también reacciona. ¡Es que hay tanto de que indignarse en nuestro continente latinoamericano! Hay cuestiones que están en nuestra historia. La discriminación por sexo, por origen étnico, por ejemplo. Pregúntense ustedes cuántas personas, en sus respectivos países, de origen indígena acceden a puestos de responsabilidad en las fuerzas armadas, en el poder judicial, en el parlamento, en la banca, las finanzas, etc. Salvo muy honrosas excepciones podrán constatar que si es que existe, la representación es insignificante. En la historia de Chile, por ejemplo, no ha habido jamás ningún comandante en jefe de los cuerpos armados que haya sido de origen mapuche; como tampoco lo ha habido en el poder ejecutivo ni en el judicial. Solo en el parlamento ha habido muy contadas excepciones en los últimos 20 años. Y esto a pesar de que el porcentaje de pueblos originarios en Chile es de casi el 30% del total de la población. Con porcentajes menos importantes (los afroamericanos suman el 12% de la población) Estados Unidos ha tenido un presidente negro, un comandante en jefe del ejercito, altos oficiales, secretarios de estado, magistrados, profesores de universidad, 7 senadores, 41 diputados. Nuestros vecinos peruanos y bolivianos también nos aventajan en esta materia.
Como no indignarse del abuso histórico de los Estados Unidos en América Latina, quien no contento de haber impuesto a sangre y fuego gobiernos dictatoriales y corruptos, de haber invadido en más de treinta oportunidades territorios soberanos, de haber fomentados golpes de estado, de haber usurpado de las riquezas básicas, de haber atentado contra los derechos humanos, procedió también, imitando el mejor estilo nazi, a realizar experimentos científicos en seres humanos. Esto ocurrió en Guatemala entre los años 1946 y 1948. Médicos del Servicio de Salud Publica de los Estados Unidos, con el aval gubernamental de ambos países inocularon a 700 personas infecciones sexualmente transmisibles como la sífilis, blenorragias, y chancros diversos. Muchas de esas personas fallecieron, otras quedaron con irrecuperables secuelas. Nadie dijo nada, sólo en 2010, el presidente Obama presentó las excusas oficiales al país centroamericano.
Pero más recientemente, los latinoamericanos se está indignando de la visible desigualdad, de la pobreza, de los abusos, de la violencia, de la falta de oportunidades, de la corrupción, de la falta de transparencia.

Argentina tal vez haya sido el primer país del mundo que conoce aunque con otro nombre la emergencia de los indignados. Con la crisis de 2001 y el default que la sigue, los desposeídos salen a las calles, saquean, desestabilizan la institucionalidad y logran la caída de cinco gobiernos. Los Piqueteros y fogoneros forman parte del paisaje político de la época. La consigna “que se vayan todos” parece que se materializa. La clase política, las figuras conocidas no pueden salir a las calles, no pueden sentarse ni en cafés ni en restaurants pues son apabullados y ponen en riesgo su existencia.
La gente acepta cada día menos a los partidos políticos. La desafección hacia la política aumenta y por paradoja esto pone en riesgo a la democracia que necesita de instituciones políticas y de partidos democráticos para que haya gobernabilidad. Las mayorías ciudadanas reclaman educación pública de calidad y gratuita. Mayores niveles de seguridad. Exigen acceso a una salud universal, a empleos decentes, a viviendas dignas. Piden un mayor rol del Estado en la economía. Solicitan más participación y que sus demandas sean escuchadas y tomadas en consideración. En el fondo están pidiendo más democracia, término de las desigualdades y mejores niveles de vida.
Las protestan se amplifican. México, Brasil, Colombia ven desfilar miles de personas exigiendo justicia social. En Chile los estudiantes se movilizan exigiendo educación pública gratuita y de calidad. Piden medidas para que las enormes desigualdades en la repartición del ingreso disminuyan. El cinismo de la derecha gobernante replica poniendo en duda las desigualdades, dicen que el coeficiente de Gini está mal calculado y que esto de la desigualdad existente es invento de una izquierda trasnochada. No fue esa izquierda quien por primera vez hablara de este asunto, sino David de Ferranti vicepresidente del Banco Mundial en 2001, quien, índice de Gini en mano, denunciara a América Latina como el continente más desigual del mundo y a Chile como el país más desigual de Latinoamérica.
Los organismos internacionales han también alertado. La OIT, con Juan Somavía a la cabeza, ha tenido el liderazgo levantando su voz por una globalización más justa y porque los gobiernos pongan el énfasis más en lo productivo que en lo financiero. Ha propiciado el trabajo decente y el acceso a un sócalo de protección social universal. En ello ha logrado integrar a otras instituciones como el Banco Mundial, el FMI, el GATT, la OEA el G20 y últimamente a ONU-Mujeres
Latino barómetro ha venido desde hace bastante tiempo dando algunas pistas y mostrando las señales de la ciudadanía sobre los temas evocados. Aunque en 2010 hay una mejor percepción de la situación económica en términos individuales y colectivos, la gran mayoría de los encuestados consideran que los principales problemas que los afectan son de orden económico y de seguridad, destacando fuertemente la desigualdad y el desempleo como elemento importante. La política, los políticos, los partidos y algunas instituciones como el parlamento y el poder judicial son objeto de fuertes críticas, aunque las consideren necesarias en una democracia. Esto es refrendado por otras encuestas de opinión a nivel de cada país.
El malestar es muy grande y las protestas cunden. La democracia entra en crisis y la desconfianza del pueblo hacia sus dirigentes se amplifica. El fuerte movimiento ciudadano necesita de respuestas y de acciones convincentes. De no ser así, los peligros son diversos. El soberano puede reaccionar de manera irreflexiva como lo ha hecho en Venezuela o como lo está haciendo ahora en Guatemala, legitimando con el voto el autoritarismo, la demagogia, el populismo que promete el traspaso de riquezas; gobernar con consultas populares directas y periódicas para evitar la corrupción y la inacción de instituciones como el parlamento; el llamado a la cohesión interna y a la identidad nacional con todos los peligros que ello implica, entre otros la xenofobia. Esto entusiasma, pero en ningún caso no es la solución.
El camino es perfeccionar la democracia, reinventarla, reconstruirla, hacerla más participativa, interactiva, transparente. Esto significa evaluación y control permanente de los gobernantes quienes deben rendir periódicas cuentas a la ciudadanía. Democracia es, sobre todo, la búsqueda y la construcción colectiva de un ideal común, de una sociedad más igualitaria, más justa, con bienestar para todos.
Ojalá la indignación continúe durante el tiempo que sea necesario hasta que logremos tomar conciencia del enorme desafío que tenemos para reinventar la democracia y poder así dar satisfacción a los millones de indignados que, afortunadamente, aun no han dicho su última palabra.

miércoles, 13 de julio de 2011

Secuestros políticos

Por Agustín Muñoz V.


El rostro de dos periodistas galos apareció cotidianamente en los noticieros franceses durante más de un año y medio. Fue una de las movilizaciones más importantes de los medios de comunicación en favor de Stephan Taponier y Hervé Ghesquière, periodistas de la cadena de televisión France 3, secuestrados en Afganistán mientras realizaban un reportaje. Fueron finalmente puestos en libertad el 29 de Junio de 2011 y, según los afectados, durante su difícil cautiverio sufrieron vejaciones, humillaciones y maltratos. Las exigencias de los Talibanes para proceder a liberarlos fueron en lo esencial de tres órdenes: el pago de un rescate, liberación de detenidos afganos en poder de los franceses y retiro de las tropas francesas de Afganistán. El gobierno francés ha negado enfáticamente que se haya pagado algún rescate, aunque pocas personas crean en la veracidad de esta negativa que más bien responde a la “razón de Estado”. La liberación de prisioneros afganos parece que se ha ido realizando y el Presidente Nicolás Sarkozy anunció, inmediatamente después que su par norteamericano, el retiro total de las tropas francesas en 2014. Sin embargo, la fuerte movilización de los medios de prensa y de la sociedad civil por los rehenes, parece haber sido uno de los aspectos que más contribuyeron a la liberación de los periodistas. Esta es tal vez una lección que debe ser aprendida y asimilada a nivel internacional. Solo la denuncia y la movilización de la opinión pública pueden contribuir a la libertad y al esclarecimiento de la verdad.

El secuestro ha sido una constante histórica al igual que el importante consenso ciudadano de que esa acción, donde a menudo se mezcla lo político con lo crapuloso, debe ser sancionada con las mayores penas. La Biblia en su Antiguo Testamento se refiere a ello. Julio Cesar fue secuestrado durante casi 40 días. Sus captores pidieron un rescate considerado poco acorde con su valía por el romano, obligándoles a aumentar el monto de lo solicitado. Una vez liberado, Julio Cesar organizó una expedición punitiva, castigando severamente a sus secuestradores, luego de recuperar el dinero.

La independencia de América estuvo de alguna manera relacionada con el secuestro político -y según dicen dorado- de que fue objeto Fernando VII por Napoleón Bonaparte, luego de la invasión de España y de la negociación de Bayona en 1808; pues a partir de ese momento frente al vacío de gobernabilidad, los partidarios de la independencia se organizan, se constituyen en Juntas y desestabilizan el poder español hasta conquistar las independencias de cada territorio.
Acciones delictuales con toma de rehenes han contribuido a la semántica y a la psicología. El asalto al Kreditbanken de Estocolmo en 1973 y la retención forzada de las personas que se encontraban en el interior del establecimiento, durante seis días, dio origen a la denominación del “síndrome de Estocolmo”. Una de los rehenes se negó a declarar contra los captores pues se enamoró de uno de ellos.

Las dictaduras militares en Latinoamérica hicieron amplio uso del secuestro y en la mayoría de los casos no se solicitó rescate, pues se apropiaron de los bienes de sus víctimas y luego de torturarlas salvajemente las hicieron desaparecer. En esto sobresalieron argentinos, chilenos, brasileños, paraguayos y uruguayos por solo nombrar a algunos.
Ciertos movimientos de la izquierda latinoamericana y de la ultraderecha de nuestro continente se han destacado por recurrir a este tipo de accionar. Tal vez los que ostentan el repudiable record del secuestro político sean los colombianos, disputándose los primeros lugares las Autodefensas Unidas de Colombia (paramilitares), las FARC y el FLN. Han sido famosísimos y suficientemente publicitados por la duración del cautiverio y por la crueldad a la que fueron sometidos, una importante cantidad de políticos colombianos, entre los que destaca últimamente por la mediatización del hecho a nivel nacional e internacional, Ingrid Betancourt.

Gabriel García Márquez ha contribuido como ciudadano y como literato a la denuncia del narco terrorismo y al repudio de este acto delictual. En su magistral reportaje novelado Noticia de un Secuestro se refiere al cautiverio de Maruja Pachón y nueve secuestrados más que, al igual que ella, fueron víctimas de Pablo Escobar, jefe del Cartel de Medellín, quien pretendió hacer uso político, para fines personales, de los rehenes.

La ultraderecha argentina se ilustró igualmente como maestra en este tipo de delitos con la particularidad que, en el 99% de los casos, el secuestro terminaba en asesinato. Aun está fresca en la memoria de los demócratas del mundo entero los secuestros, exterminación física y atentados terroristas perpetrados por las tres A (Alianza Antiterrorista Argentina) particularmente entre 1974 y 1976. Las tres A estaban dirigidas por el Secretario de Estado de Bienestar Social de ese país, José López Rega quien actuaba avalado, luego de la muerte de Perón, por su esposa convertida en Presidenta de la República, Isabel Martínez y con la complicidad del aparato estatal, de la policía Federal y de las Fuerzas Armadas.

La década de los sesenta y de los setenta desborda de casos de secuestros políticos en Europa y Latinoamérica.

Europa se estremece el 16 de marzo 1978 al conocer la noticia del secuestro de quien fuera dos veces primer ministro de Italia. Aldo Moro fue víctima de las Brigadas Rojas quienes lo asesinaron el 19 de mayo de ese año, al haberse negado el gobierno a negociar con el grupo terrorista. Su cadáver fue encontrado acribillado de ocho impactos de balas al interior de un automóvil en una calle aledaña a la sede del Partido Comunista.

Un año antes, el 13 de abril de 1977 fue secuestrado en Francia el Presidente de la FIAT-Francia, Luchino Revelli-Beaumont, por individuos ligados a la guerrilla argentina y con estrechas relaciones con Juan Domingo Perón. Luego de un rescate de dos millones de dólares, Revelli- Beaumont fue liberado al cabo de 89 días. Nunca se pudo establecer con certeza quienes fueron los responsables del delito. Sin embargo las evidencias de la policía francesa y los testimonios de la hija de la víctima se concentraron en Héctor Villalón, un muy cercano colaborador del General Perón que osciló entre la guerrilla y la derecha peronista, radicado ulteriormente en Brasil.

La ETA inicia sus secuestros políticos a fines de 1970 y desde ese momento hasta la fecha se cuenta una centena de personas, muchas de las cuales fueron liberadas, como el padre del cantante Julio Iglesias, y un porcentaje no menor asesinadas. Entre los ejecutados se pueden mencionar, entre otros, a Miguel Ángel Blanco, Javier Ybarra, Alfredo Ramos, José Ustarán, José María Pérez, el ingeniero José María Ryan y Ángel Berazadi quien, al parecer, fue el primer secuestrado asesinado por la ETA en 1976.

Los alemanes se han también destacado en estas materias y el “otoño alemán” de 1977 es una muestra del fanatismo de algunos grupos terroristas como la Fracción del Ejército Rojo (FER) que, en alianza con el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), realizó tres sangrientas acciones. La primera fue el intento de secuestro de Jünger Ponto, banquero alemán que opuso resistencia y fue ultimado a balazos en el interior de su residencia. La segunda fue el secuestro, en Colonia, del Presidente de la Confederación Alemana de Empresarios, el industrial Hanns Martin Schleyer, quien fue posteriormente asesinado en Bruselas al haberse negado el Gobierno Alemán de acceder a la liberación de la famosa banda de terrorista encabezada por Andreas Baader. Sin dudas la acción más conocida de la FER y muy relacionada con la anterior, fue la que ejecutaron con el FPLP: el secuestro del avión Boeing 737-200 de la Lufthansa que realizaba el vuelo LH-181 entre Palma de Mallorca y Fráncfort. Luego de cinco días de intensas negociaciones; con uno de los pilotos asesinados y el avión posado en Mogadiscio, los rehenes fueron liberados por el comando alemán GSG-9 y los terroristas muertos en la acción, salvo una mujer que resultó herida. Hay un hecho muy curioso que tal vez convenga ser investigado en algún momento: por una extraña coincidencia, Andreas Baader y su banda, que esperaban ser canjeados en sus respectivas celdas donde permanecían aislados y sin comunicación con el exterior, se suicidaron todos al conocer la noticia del fracaso. La venganza del grupo terrorista fue el frío asesinato del banquero Schleyer.

En América Latina, donde casi ningún país ha estado exento de este fenómeno, el secuestro político se desarrolla y se expande en la década de los 60 y de los 70, aunque posteriormente haya habido emblemáticos casos.

Cuba desde los inicios de la revolución debe permitir el aterrizaje de los aviones y de los pasajeros secuestrados en vuelo por grupos o por individuos, que en una acción de publicidad política, desviaban constantemente las aeronaves de línea. Un año antes del triunfo de Fidel, en 1958, barbudos revolucionarios secuestran al campeón mundial de automovilismo Juan Manuel Fangio, quien debía participar en una carrera. Luego de dos días fue dejado en libertad. Muchos años más tarde, en los años ochenta, sería invitado por sus captores a Cuba, para recordar entre mojitos y daiquirís ese antiguo episodio.

Centroamérica, que se caracteriza actualmente por la fuerte violencia urbana desarrollada por los narcotraficantes y las temidas Maras, tiene a su haber un impresionante registro de secuestros políticos que se arrastran desde los años 70.

En Guatemala, por ejemplo, los grupos guerrilleros tuvieron durante algún tiempo especial preferencia por este tipo de acción. Así en 1970 el embajador de la RFA de la época, Conde Karl María Von Spreti fue secuestrado y asesinado posteriormente de un disparo en la sien derecha al no haber accedido el Gobierno a las exigencias de las FAR de Guatemala, a pesar de la enorme presión del gobierno alemán y de los Estados Unidos ante Carlos Arana Osorio que dirigía el país. Periodistas, parlamentarios y ciudadanos extranjeros han sido víctimas de este tipo de delito hasta muy recientemente.

Nicaragua, Honduras y El Salvador exhiben múltiples casos de secuestro político, realizado por grupos guerrilleros o de la extrema derecha. La Contra Nicaragüense secuestró en 1996 a más de 50 funcionarios del Consejo Supremo Electoral y ex militares vinculados con el Partido ARENA plagiaron a Carlos Alfredo Venutolo Oviedo el 22 de febrero de 1982, a Víctor René Cordón Pauls, el 16 de septiembre de 1983, al conocido empresario Jorge Elías Bahíaa, el 24 de septiembre de 1983, a José Luis Zablah el 9 de mayo de 1985 y al ex Ministro de Relaciones Exteriores Alfredo Ortiz Mancía, el 14 de febrero de 1986. Inicialmente se culpó de estos delitos al Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN).

En México permaneció secuestrado durante 7 meses Diego Fernández de Ceballos, dirigente del PAN. Fue liberado el 21 de diciembre del 2010, luego de un pago de 20 millones de dólares. Se trata del secuestro más largo en la historia de ese país y hasta la fecha no se sabe cuáles fueron las motivaciones del plagio, inclinándose algunos por la tesis de secuestro político y crapuloso, sin poder identificar al grupo delictual.

La guerrilla venezolana financió parte de sus acciones con el secuestro de diplomáticos, políticos, empresarios y emblemáticas figuras del deporte. A los nombres de James Chenault, Ignacio Iribarren, W. F. Niehous, M. Smolen se une el del astro del futbol mundial de la época: Alfredo Di Stefano, liberado a las 48 horas.

Los movimientos guerrilleros de Argentina y Uruguay fueron verdaderos maestros en la materia.
A fines de mayo de 1970 un comando de Montoneros, vestidos de uniformes militares secuestra al dictador ungido presidente, General Pedro Eugenio Aramburu. Luego de ser sometido a juicio popular, fue ejecutado por sus secuestradores el 1 de junio de ese año. El ERP secuestra en Marzo de 1972 a Oberman Sallustro, presidente de la FIAT- Argentina. Un mes después es asesinado por sus captores cuando la policía los cercaba. Pero no siempre el rescate consistía en dinero. El cónsul inglés en Rosario y gerente del frigorífico SWIFT, Staley Sylvester fue secuestrado por el ERP en mayo de 1971. Las exigencias para su liberación consistieron en el reparto de víveres, útiles escolares y ropa a los obreros de los frigoríficos y el reintegro de los trabajadores despedidos. La mayor parte de las exigencias se cumplieron y Sylvester fue liberado al cabo de seis días.

Siguen luego varios casos de plagio efectuados por Montoneros y el ERP para financiar sus actividades. La Exxon paga a Montoneros 14 millones de dólares por el rescate de su más alto ejecutivo y el 19 de Septiembre de 1974 secuestran a Jorge y Juan Born, máximos directivos de la multinacional Bunge y Born. Los hermanos Born fueron liberados en Junio de 1975 luego que se pagara un rescate por 60 millones de dólares y 1.5 millones de esa moneda, en mercaderías distribuidas en los barrios más pobres de la capital. Este secuestro ha sido no solamente el que originó el mayor rescate de la historia, sino que a su vez el que ha producido grandes interrogantes acerca del destino y utilización de los fondos y curiosas situaciones referente a los protagonistas del hecho. Hay consenso en que un 70% de los 60 millones fueron trasladados a Cuba y que desde allí alrededor de 25 millones fueron transferidos a cuentas de los montoneros en el extranjero, lo que les permitió financiar las actividades del grupo entre 1975 y 1977. La otra parte, al parecer, quedó en poder de los cubanos quienes la imputaron a gastos operativos. Los 17 millones restantes que se pagaron a la liberación de los rehenes fue administrado por el banquero David Graiver que invirtió una buena parte de ellos en acciones de grupos de prensa y luego falleció en un extraño accidente de avión sin que sus restos hayan sido identificados hasta la fecha. Rodolfo Galimberti o “el loco Galimba” que dirigía la Columna Norte de Montoneros y que participó en el operativo se asoció años mas tarde con Jorge Born y fue, antes de morir de un infarto, uno de los que más propició la recuperación de los dólares enviados a Cuba para restituirlo a sus secuestrados. Roberto Quieto, uno de sus máximos dirigentes y participante de la Operación Mellizas, como se llamó a este secuestro, fue detenido por la policía federal el 28 de diciembre de 1975, durante el Gobierno de Isabel Perón y desde entonces se encuentra desaparecido.

Las turbulencias políticas de los años 60 y 70 conmueven también a Uruguay país que siempre fue distinguido como el portador del label democrático y de la tolerancia.

La lista de los secuestros políticos en Uruguay es larga. Hay algunos casos emblemáticos rodeados, algunos de ellos, de leyendas. Se cuentan entre los primeros plagiados en 1978 Ulysses Pereyra Reverbell quien fue Presidente de la empresa estatal de energía eléctrica (UTE) y asesor importante de Pacheco Areco. Le seguirán el banquero Gaetano Pellegrini Giampietro, propietario además de una empresa editora periodística; Carlos Frick Davie, ex ministro de Ganadería y Agricultura; el magistrado Daniel Pereyra Manelli; el norteamericano Dan Mitrione; el cónsul de Brasil Aloysio Días Gomide; el embajador inglés Geoffrey Jackson; el industrial Jorge Berembau; la periodista francesa Michelle Ray el hijo del industrial Sergio Molaguero y otros más hasta contabilizar una veintena. Dos movimientos guerrilleros se destacan: Los Tupamaros y la organización Popular Revolucionaria (OPR 33).

El secuestro y posterior asesinato del agente del FBI Dan Mitrione, el 31 de Julio de 1970, puso en el primer plano de la noticia al grupo MLN o Tupamaros. Mitrione que actuaba bajo la cobertura de la AID, fue plagiado por los Tupas, encerrado en una cárcel del pueblo y enjuiciado por torturador y asesor de la policía en métodos de apremios físicos, antes de ser liquidado el 10 de agosto de 1970. Su caso fue llevado al cine por Costa Gavras bajo el título de “Estado de Sitio”. Pereyra Reverbell (plagiado dos veces) y Carlos Frick estuvieron a segundos de ser asesinados cuando se descubre, gracias a Amodio Pérez, la cárcel del pueblo donde estaban encerrados. Se salvaron porque dos de sus guardianas no se pusieron de acuerdo en eliminarlos en el momento en que la policía descubrió el escondite.

La OPR 33 se publicitó con el secuestro de Sergio Hugo Molaguero Brescia quien estuvo secuestrado desde el 11 de mayo al 19 de julio de 1972. Molaguero hijo del más importante empresario de la industria del calzado, fue secuestrado a raíz del conflicto en la empresa SERAL, de propiedad de su padre, donde él mismo trabajaba. Al no acceder a las demandas salariales que consideraba excesivas, la anarco sindicalista OPR 33 procedió al operativo en el que estuvo directamente involucrado Sergio Vásquez, hermano del ex presidente Tabaré Vásquez. En los 69 días de cautiverio, Molaguero sufrió un grave deterioro físico y perdió alrededor de 18 kilos, pues su alimentación durante un buen momento consistió en algunas mínimas porciones de arroz. Esto dio origen a una leyenda que circuló fuertemente entren los presos políticos de las cárceles de Uruguay y Argentina. Se decía que el Empresario se negaba a aumentar los salarios a sus trabajadores por considerarlos ya excesivos y cuando se le argumentaba que con lo que ganaban no alcanzaba ni siquiera para alimentar a una familia durante 15 días. Molaguero padre contra argumentaba dando una receta en base a polenta y arroz que según sus cálculos, debería permitir alimentarse sanamente y ahorrar una pequeña cantidad. A esta dieta según esa leyenda, fue sometido su secuestrado hijo.

En Chile no hay antecedentes de secuestro político antes de 1983, fuera de un curioso episodio protagonizado por el sindicalista Edgardo Mass en 1950 conocido como “el auto rapto de Colliguay”. Mass se escondió en una parcela cercana a Valparaíso con el objeto de simular un plagio político y desestabilizar al gobierno de la época. Aparte de lo anecdótico del hecho y del mal uso del término “ rapto” en vez de “secuestro” que haría palidecer de ira a eminentes juristas seguidores del gran penalista italiano Francesco Carrara, es durante el período de la dictadura de Pinochet cuando el Frente Patriótico Manuel Rodríguez realiza tres secuestros políticos. El primero de ellos fue el del periodista y subdirector del periódico gubernamental La Nación, Sebastiano Bertolone Galletti en 1983. Luego el del coronel de ejército Carlos Carreño en 1987 y el del empresario Cristián Edwards, hijo del magnate de la prensa chilena Agustín Edwards en 1991.

La liberación de los periodistas franceses motivó el recuerdo de algunos plagios emblemáticos con el colofón que por muy justos que puedan parecer los objetivos perseguidos por cualquier movimiento político o de liberación nacional, el secuestro es, en sí, un gravísimo delito y en ningún caso debe ser utilizado, justificado o mirado con simpatía.

lunes, 23 de mayo de 2011

El relator Fernando Volio y el conjuro de la Soda Tapia


(En memoria de Julio Godio, que degustó más de algún café en ese lugar).
por Agustin Munoz V


Pocas ciudades en el mundo deben ser tan aburridas para un desprevenido visitante como San José de Costa Rica en un día domingo de lluvia torrencial.
A pesar de haber vivido algunos años en este maravilloso país, me aventuro imprudentemente, pasado el mediodía, por el paseo Colón, no el del bonaerense almacén donde van los que tienen perdida la fe, sino por la ruidosa y simpática avenida josefina que conduce al parque de La Sabana. Mis deportivas intenciones de correr unos minutos entre los árboles, jugadores de beisbol y pequeñas lagunas, se ven frustradas por la macondiana lluvia que se desata entre formidables truenos que nada bueno pronostican. La salvación está a dos pasos. Se trata de la conocida Soda Tapia, establecimiento que frente a La Sabana atiende por más de cuarenta años. Son famosos sus frescos o jugos, sus tamales, sus boquitas, sus suculentos sándwiches, helados o simplemente la cerveza refrescante en los calurosos días del “invierno” tico. Se dice que una importante cantidad de personajes políticos nacionales o extranjeros la frecuentaron; entre ellos: el distinguido politólogo y jurista, relator especial de las Naciones Unidas para Guinea ecuatorial y Chile, Don Fernando Volio Jiménez y el actual Presidente de Nicaragua durante sus años de exilio a finales de los 70.
Cuesta encontrar una mesa vacía pues la lluvia, la hora y la excelente tradición del establecimiento lo hace uno de los lugares frecuentados de San José. Me sitúo casi pegado a una mesa donde tres hombres de mediana edad conversan. Estamos prácticamente rosando uno de los costados por donde hay una canaleta que recoge las torrenciales lluvias y por primera vez reparo en una cantidad importante de trozos de vidrios alrededor de la misma. La fría cerveza me distrae de esos vidrios y de mis angustias de cómo regresar al hotel con tamaño diluvio. Mis vecinos conversan como se hace en estos países: con voz fuerte, sonora, sin complejos, que contrasta con la amariconada entonación que utilizamos los chilenos. Hablan de amor y de política. Me intereso en la conversación y disimuladamente no pierdo ni una sílaba de lo que dicen. Trato de encontrar un hilo conductor pues aparentemente ellos llevan ya varias cervezas a su haber. Uno de ellos les recuerda lo enamorado que estaban él y Jasmina en sus años de estudiantes hasta que ella lo dejó y rompió sin compasión en una de las mesas del recinto; habla de su terrible sufrimiento durante mucho tiempo hasta el día en que alguien le contó la leyenda del lugar en que el conjuro para esas rupturas o para olvidos amorosos imprevistos consistía en arrojar una botella en la canaleta del desagüe gritando el nombre de la amada. Explica que lo hizo y que al poco tiempo reiniciaron apasionado romance con Jasmina. La conversación toma otros rumbos y se habla de política, de los malos servicios que prestan las empresas estatales, de la violencia ciudadana. Yo sigo interesado en Jasmina, en la ruptura, en la reconciliación. ¿Servirá igualmente para los olvidos políticos? Pienso en la memoria corta de la gente y no puedo impedirme de relacionar ese extraño conjuro con dos de los personajes que frecuentaron el lugar.
Fernando Volio fue un costarricense distinguido, honesto político y un jurista de prestigio, un hombre íntegro. Como relator especial de naciones Unidas para Guinea Ecuatorial expuso con claridad las violaciones al Estado de Derecho en ese país en 1979, las graves violaciones a los derechos fundamentales y Humanos y su debida protección jurisdiccional. Fue un informe objetivo y apreciado que contribuyó positivamente a que la situación algo cambiase.
En el caso de Chile, su relatoría se refiere al año 1985, pero su informe es una completa radiografía de lo que era la dictadura en nuestro país, de la falta de libertad imperante, de la represión existente y de las graves violaciones a los derechos humanos. Durante su primer y particularmente en su segundo informe fue constantemente hostigado por las ilegítimas autoridades de la época, fundamentalmente por el entonces Ministro de relaciones Exteriores Jaime del Valle y así Volio lo hace saber en su informe. Fue amenazado; incluso el Director General de Carabineros de aquel tiempo tuvo términos duros, inapropiados e inquietantes hacia su persona. El informe se publicó con sus debidas recomendaciones. La oposición lo alabó. Volio fue nuestro héroe. La democracia llegó y nadie se acordó nunca más de don Fernando. Fue el pago de Chile hacia un hombre probo que tanto nos ayudó. En el momento que escucho la conversación, 22 de Mayo, se acaban de cumplir 15 años de su muerte. Nadie lo recordó en chile. Ni una sola palabra de nuestros senadores, diputados, sindicalistas. El olvido total. En Costa Rica al parecer muy poca gente lo recuerda. En Guinea Ecuatorial probablemente ocurra lo mismo que en Chile.
Daniel Ortega que tal vez se sentó en algunas de las mesas del lugar, tuvo al parecer algunas actitudes de ingratitud o de descuido hacia Costa Rica, país que lo acogió. Siendo Presidente de Nicaragua remitió los restos de Juan Santamaría, quien se ilustró heroicamente, el 11 de Abril de 1856, en una batalla contra el filibustero norteamericano William Walker autoproclamado Presidente de Nicaragua, en el marco de la teoría del Destino Manifiesto, que justificará posteriormente las múltiples invasiones norteamericanas en Latinoamérica. Santamaría lanzó una tea al mesón donde resistían las tropas de Walker, incendiándolo, lo que permitió ganar esa decisiva batalla que contribuyó a la derrota del filibustero Presidente. En 1980, Ortega, a petición del mandatario costarricense Rodrigo Carazo, entregó los restos que, luego de prolijos protocolos de autopsia con las técnicas más modernas, se descubre con estupor que lo que contenía la urna eran los restos de un ciervo y mandíbulas de mono y no los del héroe nacional. Indignados y ofendidos los ticos devolvieron el despojo de aquel cérvido y el Gobierno de Ortega dio una confusa respuesta a sus antiguos protectores por esta inconcebible equivocación.
El olvido popular se generaliza. Los grandes estadistas que han contribuido a la democracia, a la educación y al progreso del “soberano” son cada día más ignorados. A la entrada del Parque de la Sabana, frente a la Soda Tapia está la estatua de León Cortes, estadista de prestigio, maestro de escuela, profesor, abogado, hombre político y Presidente de Costa Rica. La escultura en bronce mira hacia el Paseo Colón. No hay una sola placa que indique su nombre, solo en la parte posterior del monumento se lee con mucho esfuerzo una inscripción blanqueada por la humedad y por el estiércol de palomas, en la que el ex presidente explicita su adhesión a los intereses del pueblo costarricense. Interrogo a seis o siete personas jóvenes y de edad mediana, todos ignoran quien es el personaje que tanto le dedicó a su pueblo.
Parece que la tendencia es olvidar el pasado político, los personajes que hicieron historia. En Ciudad de Guatemala con mi colega Octavio Racciatti, prestigiado académico uruguayo, preguntamos a dos o más policías por el lugar donde los sindicatos celebran el 1° de mayo, nos envían a una multitudinaria procesión católica en que celebran la beatificación del Papa Juan Pablo II. Inquirimos a algunas personas por los nombres de Arévalo, Arbenz, Castillo Armas. Recuerdan un poco a Jacobo Arbenz; de Castillo Armas nos dicen que es un chileno conocido. Republica Dominicana tiene mejor memoria de su historia política. Tal vez hayan contribuido a ello los escritos de Juan Boch, de Joaquín Balaguer y la novela de Mario Vargas Llosa.
El aguacero se detiene, mis vecinos consumen otra ronda de cerveza y hablan de asuntos que ya no me interesan. Vuelvo a pensar en Jasmina y en el conjuro, en su viabilidad política. Me levanto, tomo la botella vacía y la lanzo al desagüe invocando mentalmente el nombre del relator Volio. No se rompe. Parte flotando entre las aguas. Pienso que este acto tal vez contribuya a que mis compatriotas alguna vez lo recuerden con cariño y admiración. El mesero me mira estupefacto. El vecino enamorado me guiña un ojo y me sonríe con aire de complicidad.

San José de Costa Rica, 22 de Mayo de 2011.

lunes, 18 de abril de 2011

Sucedió hace 125 años: Un Primero de Mayo de 1886

Agustín Muñoz V.





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Esta crónica la escribí en 1988 y fue publicada el 28 de Abril de ese año en el N°155 de la desaparecida y valerosa revista chilena "CAUCE". La portada de la revista destacaba en grandes titulares: "Último Primero de Mayo sin Democracia", pues la Democracia en Chile aún se hacía esperar, aunque el plesbicito estaba próximo. El dictador Pinochet gobernaba todavía en gloria y majestad; sin embargo, habían fuertes esperanzas de cambio. Ricardo Lagos recientemente había emplazado de manera temeraria y sin ambiguedades al dictador, Presidente y Capitán general, Augusto Pinochet, en el programa de televisión " De cara al país" cuando lo entrevistaba la periodista Raquel Correa.




Esta crónica conserva, a mi juicio, actualidad y me parece que en vísperas de un nuevo aniversario de los sucesos de 1886, puede ser también una manera de rendir homenaje a los esforzados y valientes periodistas de las revistas de ese tiempo y de manera muy particular a los que trabajaban para Cauce, Análisis, Apsi, Hoy, Mensaje y tantas otras.




El contenido es estrictamente el mismo, con muy leves modificaciones en el título y en el texto en cuanto a los años transcurridos.






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En casi todo el mundo el 1° de Mayo es un día de fiesta. Evidentemente no se trabaja y si por fortuna cae en día Viernes o Lunes , los motivos de alegría son dobles. Algunos aprovechan del feriado para gozar de un largo y agradable fin de semana ; otros dormirán hasta más tarde y luego continuarán disfrutando en compañía familiar. Sin embargo, en algún momento, la beatífica paz de esos honestos ciudadanos será de alguna forma perturbada, sea por el paso de grupos de individuos que acompañados de bombos y otros instrumentos, gritan consignas diversas por medio de altavoces , sea por las informaciones de la radio o la televisión dando cuenta de manifestaciones, discursos, número de asistentes y de los resultados de la violencia policial contra los trabajadores. Con toda seguridad se informará también que en otros países ha habido celebraciones similares y en la TV, las imágenes mostrarán muchedumbres con lienzos y banderas cantando Marsellesas Socialistas o la infaltable Internacional.




A esas alturas nuestros reposados hombres de trabajo pensarán sin duda que son cosas de extremistas, de opositores al orden establecido y volverán a su calma habitual. Claro, se sorprenderán tal vez un poco cuando escuchen que países muy civilizados como Alemania, España, Inglaterra, Francia y ciertamente los escandinavos, han conocido perturbaciones similares sin ser reprimidos y, mucho más aún, cuando sepan que el Capitán General se ha encerrado en el "Diego Portales" o en otro lado, con algunos de sus amigos para manifestar a su manera. Al final de la emisión respirarán algo más tranquilos, pues casi con toda seguridad el locutor dirá que en los Estados Unidos se trabajó normalmente y no hubo manifestaciones de ningún tipo.




Como estoy cierto que más de alguno de nuestros ciudadanos modelo tratarán de entender de qué se trata esto del feriado con manifestaciones, música, gritos, palos, represión y desconcertantes reuniones y para evitarles una carga de trabajo suplementaria, se los explico en estas breves líneas.





Sus orígenes.





Aunque los Estados Unidos es uno de los raros países del mundo que no celebra el día internacional de los trabajadores el 1° de Mayo, ya que lo hace el primer Lunes de Septiembre (Labor Day), todo comenzó hace más de un siglo en ese país; su historia está estrechamente vinculada con el desarrollo del capitalismo en el siglo 19 y con la emergencia de un nuevo actor social en la época: el obrero industrial no calificado.




A finales de 1860 el capital industrial americano está relativamente bien implantado en las regiones del noreste de los Estados Unidos. Sin embargo, dos grandes problemas se presentan para una acumulación intensiva del capital: el monopolio del "saber industrial" que permanece en manos de los obreros por oficio, excluyendo así a los patrones del control del proceso de producción y, la carencia de mano de obra.




El primero de los problemas será resuelto algunos años más tarde por F. Taylor ( 1856-1915), quien con su Organización Científica del Trabajo hará su gran contribución histórica al capitalismo, aniquilando al obrero por oficio y restituyendo el control del proceso de trabajo a los patrones. La carencia de mano de obra se resolverá gracias a la inmigración ( en 1860 hay 5 millones de inmigrantes mayoritariamente irlandeses y alemanes) y a través de la guerra de secesión (1861-1865) que permitirá cortar las cadenas de los esclavos negros del sur, para cambiárselas por otra más sofisticada , pero no menos penosa: la cadena de montaje.




De esta forma las condiciones están dadas para una rápida expansión del capital y para una explotación intensiva de la fuerza de trabajo. Y es contra esto que los obreros protestan; contra las condiciones inhumanas de trabajo, reivindicando sobretodo una jornada más corta: la jornada de trabajo de 8 horas.




La lucha por las ocho horas es el origen del movimiento sindical moderno en los EE.UU. En torno a ella se cohesionan los obreros por oficio , los anarquistas, los no calificados y la, en aquellos tiempos, poderosa organización llamada " Caballeros del Trabajo".




En este objetivo las organizaciones sindicales se reunen el 7 de Octubre de 1884 y deciden realizar una gran huelga nacional por las ocho horas, a partir del 1° de Mayo de 1886.




Ese 1° de Mayo el país fue semiparalizado. 400 mil trabajadores en huelga.15 mil empresas no funcionaron y en algunas ciudades como Chicago, New York, Baltimore, Detroit, Milwanka, el paro fue total con manifestaciones, represión y provocación policial.








Los Mártires.








La huelga continúa y la reacción contra los huelguistas se acrecienta. El 3 de Mayo, seis obreros de la Mc Cormic Reaper fueron asesinados. Al día siguiente (4 de Mayo de 1886) una manifestación de protesta contra la brutalidad policíaca se organiza. Se trata de una pacífica reunión en Haymatket Square que convoca a 15 mil personas. Los oradores se suceden. Entre los más conspicuos están Auguste Spies, de origen alemán; Samuel Fielden, de origen inglés; Albert Parson, americano. Hay efervescencia, entusiasmo y calma. La manifestación se disuelve; sólo quedan alrededor de 100 personas cuando la policía irrumpe y arremete con violencia. En ese instante un desconocido lanza una bomba que al estallar mata a un sargento, a siete policías y a cuatro trabajadores. Hay más de 60 heridos graves y detenidos. Se acusa a los organizadores, a los dirigentes, a los oradores.




En uno de los juicios más infamantes de la historia, son condenados a la horca: Auguste Spies, Samuel Fielden, Oscar Neebe, Adolphe Fischer, Michel Schwab, Louis Lingg, George Engel y Albert Parson. Este último se constituye voluntariamente prisionero, sabiendo los riesgos que corría.




El 11 de Noviembre de 1887 fueron ejecutados Spies, Fischer, Engel y Parson. Louis Lingg se suicida en prisión antes de ser colgado. Schwab y Fielden fueron condenados a pena perpetua y Neebe a 15 años de reclusión.




Seis años más tarde, John Altged, Gobernador de Illinois, tomó la iniciativa de revisar el proceso. Al término del mismo, se decreta la libertad sin condiciones de los detenidos y la pública rehabilitación de los ejecutados.








La historia sigue su curso.








Las protestas y las huelgas continuarán en el mundo entero por la reducción de la jornada de trabajo. Un congreso de la Segunda Internacional se organiza en 1889 en Paris, con ocasión del centenario de la "Toma de la Bastilla". El testimonio de la delegación norteamericana sobre los sucesos de Mayo de 1886 es emocionante. Se adopta la resolución siguiente: " El Congreso decide organizar una gran manifestación internacional con el objeto de que en todos los países y ciudades del mundo , las masas trabajadoras pidan en un día determinado a las autoridades del Estado, la reducción legal a 8 horas de la jornada de trabajo. Tomando en consideración que la Federación Americana del trabajo decidió en su Convención de St. Louis, en Diciembre de 1988, que la fecha elegida sea el 1° de Mayo de 1890, los delegados aceptan esa fecha para la Manifestación Internacional ". Desde entonces éstas continúan. Se asocian otros temas y otras reivindicaciones que van adquiriendo un carácter más revolucionario y una mayor vinculación con el socialismo europeo.




Los trabajadores norteamericanos no aceptan esta evolución, a pesar de contar entre sus fundadores a connotados socialistas como Eugene Debs, Daniel de Leon y a la extraordinaria Mary Jones, líder de los mineros, más conocida como "Mama Jones". Ellos celebrarán separadamente en otra fecha.




El movimiento por las ocho horas termina cumpliendo con su objetivo el que es consagrado universalmente al adoptarse el Convenio n° 1, por la naciente Organización Internacional del Trabajo, en Octubre de 1919 en Washington.




La implantación de la jornada de ocho horas se generaliza, pero la tradición continúa: La explotación de los trabajadores adquiere formas más sutiles, pero no menos dramáticas. Hay cesantía, bajos salarios, desprotección social. En los países pobres emergen las llamadas Zonas Francas Industriales donde no existen los derechos laborales. En los países desarrollados se aplica la Flexibilidad del Trabajo y bajo el imperio de las dictaduras militares la noción de Libertad Sindical es inexistente.




Por ello se continúa manifestando. Es la razón por la cual, aunque hayan pasado 125 años, el Primero de Mayo aún tiene actualidad.




















































































lunes, 7 de marzo de 2011

CHILENOS: LA INTENDENTA MIENTE. PERO, SON COSAS DE AMERICA LATINA.

Agustín muñoz V.


En uno de los seis tomos de sus interesantes Memorias, Winston Churchill cuenta que durante la Segunda Guerra Mundial cada vez que algún majadero lo importunaba pidiéndole demasiadas explicaciones acerca de sus no siempre afortunadas decisiones, él respondía con un misterioso y escueto: ” son cosas de la guerra” y con ello evitaba largas y peligrosas polémicas. El Presidente francés Nicolas Sarkozy cada vez que debe referirse a asuntos complicados recurre a algo similar: “C’est la particularité francaise “. Nuestros comentaristas deportivos, por su parte, ya han universalizado el recurrente y salvador:”Son cosas del fútbol”.
Cuesta entender lo que sucede en nuestro continente con algunas cuestiones éticas y con valores que hace algún tiempo le daban cierta respetabilidad a la política. Para muestra algunos botones.

1.- Chilenos: ¡La intendenta miente!



La Sra. Intendenta de la sufrida y modesta Región del Biobío en el Sur del país del cielo azulado y de los campos de flores bordados, Jacqueline Van Rysselberghe, confesó públicamente hace algunas semanas, luego de haber sido denunciada de cometer actos ilegales - con apoyo de videos y grabaciones - por un Senador Socialista de la zona, que las acusaciones eran infundadas pues ella solamente había mentido, inventado una historia y simulado antecedentes para tratar de beneficiar con nuevas viviendas, luego del terremoto, a necesitados pobladores de su región que no habían sido afectados por el sismo; pero claro, que esa mentira expuesta públicamente, no la había concretizado.
Una situación análoga habría bastado en cualquier país moderno y con democracias sólidas para que se le hubiese solicitado de inmediato la renuncia, si es que la persona no lo hubiese hecho previamente. Recientes casos en Alemania y Francia confirman esta aseveración. Tal vez la excepción pueda ser Bélgica, de donde provienen los ancestros de la intendenta. En ese reino de viejas disputas entre Wallones y Flamands hay igualmente una histórica serie de impunes irregularidades cometidas en el aparato estatal y hasta el día hoy se recuerdan los actos de corrupción cometidos con el caso de los aviones vendidos a la Fuerza Aérea de Chile. Si se aceptara que la ética es una cuestión genética, es difícilmente concebible que el Poder Político y parte de la ciudadanía avale conductas que desde antaño han sido censurables. La mentira es castigada por la Iglesia; en la escuela los maestros inculcan la verdad y los mentirosos son fuente de escarnio y de desprecio. Dante en su Divina Comedia les reserva el infierno en sus grados casi máximos pues a los que incurren en mentiras, o en algunos de sus derivados, los sitúa en el Octavo y en el Noveno círculo de ese ardiente lugar. Hasta al simpático muñeco de madera, al Pinocho de nuestra niñez, le crece enormemente su nariz cada vez que miente. Solo en Chilito esto no es una falta y las máximas autoridades al igual que los Partidos Políticos de la Derecha aceptan y defienden la mentira como parte del ejercicio del poder y absuelven de toda culpa a quien ha confesado haber incurrido en esa censurable acción. ¡Qué triste y mal ejemplo para la niñez, la adolescencia y las generaciones futuras que asumirán la conducción del Estado y de la Cosa Pública! A fines de los años 60, los estudiantes de la Universidad Católica, en pleno proceso de Reforma Universitaria, reaccionaron a los infundios del decano de la prensa chilena, desplegando un enorme lienzo que ya forma parte de nuestra memoria histórica y que decía “ Chileno: ¡El Mercurio miente!.
Hoy y sin temor a querellas, pues la propia Sra. Van Rysselberghe lo confesó públicamente, habría que decir:
Chilenos: ¡La Intendenta miente!

2.- Que se joda la alternancia en el Poder, repitámonos el plato y hagamos de la política una Cosa Nostra familiar.



Algo muy curioso está ocurriendo desde hace ya algunas décadas en Latinoamérica y lamentablemente ya está formando parte de nuestra cultura política al no existir reacciones de parte de la ciudadanía. Se trata de la voluntad de los gobernantes de aferrarse a toda costa al Poder permaneciendo más allá de los límites jurídicamente establecidos y de asegurarse la perennidad a través de la constitución de verdaderas castas familiares que aseguren la continuidad política y el bienestar familiar. Los ejemplos sobran y hay algunos de bastante actualidad donde la desvergüenza es chocante. Relataré algunos casos emblemáticos.
Probablemente el más antiguo sea el de Cuba, donde Fidel Castro impuso a través del artículo 66ª de la Constitución Política del año 1975 que no se limitara la posibilidad de reelección indefinida de los más altos cargos del Estado y donde recientemente al sentirse viejo y muy enfermo, transgrediendo una vez más todos los principios democráticos, le traspasó la conducción del país a su también anciano hermano Raúl.
Hugo Chávez llegó a la Presidencia de Venezuela en el año 1999 y en medio de un agitado clima político y de conspiraciones diversas, logra imponer su autoridad, realizando a través de referéndum, reformas constitucionales que le permiten permanecer en el poder hasta el año 2013. Recordemos que la última elección en la que triunfó fue en 2006. Como goza de un voraz apetito de poder y 14 años le parecieron una cosa insignificante, organizó en 2007 un nuevo referéndum para reformar la Constitución y poder así asegurarse mandatos adicionales. Lo perdió. Sin embargo dos años después organiza un nuevo referéndum constitucional, que esta vez gana y que levanta los límites al número de reelecciones presidenciales y de otros cargos. De esta manera tiene la posibilidad ser el primer presidente vitalicio de nuestro continente.
En Colombia el presidente Álvaro Uribe fue electo en 2002 por un período de cuatro años sin posibilidad de presentarse a un segundo mandato. Como también consideró que el gustito tenía sabor a poco, recurrió en consulta a la Corte Constitucional la que declara, en 2003, exequible la reelección, es decir que puede realizarse una reelección inmediata. De esta manera aseguró luego de elecciones, un segundo período presidencial hasta el año 2010.
El nicaragüense Daniel Ortega ha hecho también cosas muy curiosas desde que encabezando el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) le ganó la guerra a la dictadura en su país. En 1985 es elegido Presidente y gobierna Nicaragua hasta el año 1990. Desde esta fecha hasta 2006 sigue muy activo en la política conduciendo el FSLN y liderando la oposición, lo que no le impidió establecer un acuerdo de gobernabilidad con el derechista Arnoldo Alemán a través de una reforma parcial de la Constitución por medio de la Ley 330 del 18 de Enero del 2000 en la que entre otros aspectos se instaura el bipartidismo y se establece una inmunidad y protección por actos de corrupción. Este acuerdo constitucional ha sido más conocido como El Pacto. En 2007 accede a la Presidencia de la República por un período de cinco años y como un lustro le parece poco, recurre a la Corte Suprema de Justicia invocando que las limitaciones del mandato presidencial son un atentado a sus derechos ciudadanos. La sala constitucional de la CSJ, basada en el principio de Soberanía que es reconocido en el artículo 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos del año 1948, concluye que el artículo 147 de la Constitución nicaragüense es atentatorio a ese principio por lo que puede reelegirse.
En Costa Rica el inciso 1 del artículo 132 de la Constitución Política de 1949, fue reformado en 1969, a través de la Ley 4349 prohibiendo a los ex presidentes de la república volver a ocupar ese cargo. Para nadie era misterio que a Oscar Arias le parecieron muy cortitos los cuatro años de su mandato que expiró en 1990. Pues fíjense Uds., que en el año 2002, se interpuso ante la famosa Sala cuarta Constitucional un recurso de inconstitucionalidad contra la mencionada Ley 4349. La Sala Cuarta acogió el recurso por mayoría de cinco de sus integrantes, el 4 de Abril del 2003. Los dos otros integrantes salvaron su voto. Esta resolución de la mencionada Sala, le permitió al ex presidente Oscar Arias presentarse nuevamente en 2006 y gobernar por un nuevo período, hasta 2010, a la “Suiza Centroamericana”.
El primer presidente indígena de nuestra América Latina, el boliviano Evo Morales asumió la presidencia en 2006 y fue reelecto en 2009 hasta el 2014. Como le agarró también gustito al poder y en un afán de resarcirse de tanta discriminación política hacia los pueblos originarios, se introduce el artículo 168 en la nueva Constitución aprobada en 2009 dándole la posibilidad de ser reelecto por un nuevo período de cinco años y por una sola vez. De esta forma y si el “soberano” lo apoya, completaría 13 añitos seguidos como Presidente. ¿No está mal, verdad?
El presidente Rafael Correa de Ecuador llegó a la conducción máxima de su país en 2006 y fue reelegido en 2009 hasta el año 2013. Sin embargo, bajo su mandato, se realiza una constituyente que culmina con una nueva Constitución en 2008 y que le permite reelegirse por un nuevo período presidencial una vez que culmine el actual en 2013.
Claro, también ha habido problemas en estos intentos de querer perpetuidad presidencial. No olvidemos al peruano Fujimori, como tampoco el reciente golpe de Estado que le dieron al Presidente Zelaya en Honduras en su intento, según dicen los golpistas, por reformar la Constitución para ser reelecto.
Ha habido también otras formas de continuidad presidencial como en el caso argentino, donde el mando se le traspasa a través de legítimas elecciones a la querida esposa para que el poder siga en la familia. Esto nos lleva por cierto a los mandatos políticos hereditarios que van de padre a hijos o a otras ramificaciones familiares. Ya hablamos de los hermanitos Castro en Cuba y de los esposos Kirchner en Argentina. En Chile hay verdaderas dinastías. Así como en Francia se dice: “Plombiers, de pére en fils” (gasfíter de padre a hijo), en Chile se está instaurando: “Presidentes de padre a Hijo”. Allí están los ejemplos de la dinastía de los Alessandri o de los Frei, que seguirán probablemente con la de los Lagos. Mejor ni hablemos de diputados o de senadores donde las dinastías se suceden. Si hasta recientemente el Cardenal Ángelo Sodano le dijo al diputado Monckeberg, que formaba parte de la comitiva presidencial en la visita al Vaticano, que “su apellido ya parece ser una dinastía en Chile”. Fuera de América Latina y de los Estados Unidos es muy difícil encontrar este tipo de situaciones en las viejas democracias europeas.
La cuestión es que tanto apetito y tantas ansias de perpetuarse en el poder, puede dar origen a un hastío de la gente. Las revueltas populares en los países del Norte de África han sido una reacción entre otras cosas contra el desempleo, contra la miseria, contra el despotismo y la falta de libertades que incluye el abuso en la permanencia en el poder.
Ha sido muy significativo que muchos de nuestros líderes de la izquierda pura y dura respalden a los dictadores del medio oriente, fundamentalmente a Kadhafi. Fidel, Daniel Ortega, Chávez, solo por mencionar a los más célebres, le han expresado su solidaridad. Tal vez estén pensando en las respectivas similitudes y en los similares desenlaces.


3.- Política, corrupción, narcotráfico conspiradores y torturadores en cargos de importancia.



Sobre la corrupción en política ya se ha hablado demasiado, aunque nunca lo suficiente.
Desde 1990 hasta la fecha, más de treinta presidentes o ex presidentes y vicepresidentes han estado involucrados ante la justicia por actos de corrupción. Conocidos son los casos de Fernando Collor de Mello, Presidente de Brasil (1990-92); de Carlos Andrés Pérez , Presidente de Venezuela (1974-79, 1989-93);, de Carlos Salinas de Gortari, Presidente de México (1988-1994). Salinas además fue acusado de asesinatos, blanqueo de dinero y de enriquecimiento ilícito; de Carlos Menem, Presidente de Argentina (1989-99); de Alberto Dahik Garzón, Vicepresidente de Ecuador (1992-96); de Abdalá Bucaram, Presidente de Ecuador (1996-97); de Raúl Cubas, Presidente de Paraguay (1998-99); de Jamil Mahuad, Presidente de Ecuador (1998 -2000); de Alberto Fujimori, Presidente de Perú (1990-2000); de Juan Carlos Wasmosy, Presidente de Paraguay (1993-98). La lista es muy larga. Podríamos continuar con los casos de Arnoldo Alemán, ex presidente de Nicaragua (1997-2002); de Luis González Macchi, ex Presidente de Paraguay; de Alfonso Portillo, ex Presidente de Guatemala y de muchos otros. El ex presidente colombiano Ernesto Samper fue acusado de recibir subvenciones del Cartel de Cali y luego de abandonar el país durante algunos años, a su regreso ha estado ausente de la vida política nacional. Si nos ocupáramos de Ministros o funcionarios de la alta función pública necesitaríamos cientos de miles de páginas. Diversas ONG se encargan de mantener actualizada la larga lista de escándalos y hasta han creado una suerte de corrupciómetro para medir estos ilegales actos.
Recientemente ha habido casos dignos de destacar en este ámbito que ya resulta extremadamente peligroso. La DEA en conjunto con un cuerpo policial chileno sorprendió en flagrante delito de narcotráfico al Zar antidrogas de Bolivia y en México se ha dado la triste paradoja que un periódico solicita a los narcotraficantes que le diga qué noticias no deben publicar para que no les sigan asesinando a sus periodistas.
Algunos países de nuestro continente no solamente han ignorado a antiguos torturadores y conspiradores de alta monta que atentaron contra la democracia; sino que por el contrario los han premiado. Los periódicos chilenos han estado publicando muy recientemente diversos casos de ex funcionarios de la represiva DINA que han sido o fueron contratados para desempeñarse como altos funcionarios o asesores en la Administración Pública. Un conocido golpista, agente de la CIA y conspirador contra el gobierno de Allende, Federico Willoughby, se desempeñó como Asesor presidencial en tres gobiernos de la Concertación sin que nadie dijera absolutamente nada, sin que ninguno de los socialistas que estaban en el Gobierno abriese la boca y hasta el día de hoy poco se habla.
Por si esto fuera poco, las noticias nos asombran cada día más con las denuncias y condenas de sacerdotes pedófilos que ensucian la imagen de la Iglesia. La opinión pública se estremeció con el caso de Marcial Maciel y hoy la prensa chilena se ruboriza al contar las cositas que realizaba Monseñor Karadima y de la condena de que fue objeto por la Congregación por la Doctrina de la Fe (la antigua Santa Inquisición). Lo curioso es que este obispo fue rápidamente juzgado y condenado por el Vaticano y no por la Justicia ordinaria de Chile, que manifiesta no disponer de antecedentes.
Comentando todas las situaciones anteriormente descritas con un antiguo profesor universitario; éste luego de haberme escuchado atentamente y de haber realizado una profunda reflexión, con su docta voz de académico consagrado articuló pausadamente: “Bueno, son cosas de América Latina”.

martes, 1 de febrero de 2011

IMÁGENES DE CHINA


por Agustín Muñoz V.


China ocupa desde hace muchos años las primeras páginas de la prensa mundial y cotidianamente las pantallas de TV dan cuenta de su prodigioso desarrollo económico o de violaciones a los derechos humanos. Con motivo de la entrega del reciente Premio Nobel de la Paz, el 10 de Diciembre de 2010, hubo una silla vacía, pues el premiado Liu Xiaobo está en prisión y ninguna persona de su familia fue autorizada para salir del país. El crimen del galardonado fue su lucha por mayores espacios de libertad y el haber promovido y liderado la Carta 08, en que se propician reformas políticas y sociales que en cualquier país del mundo, o mejor dicho en la inmensa mayoría, son asumidas sin ningún problema por las más distintas corrientes de opinión. Esto me motiva a reflexionar acerca de este país continente, de milenaria civilización y de creciente actualidad.


No recuerdo bien en qué momento tuve mis primeros acercamientos hacia una noción o imagen de algo relacionado con China. Creo que primero fueron una serie de historias dibujadas que aparecían en una revista chilena de mediados de los años 50, en las que el protagonista era un terrible personaje llamado el Dr. Fu Manchú. Posteriormente tuve imágenes más precisas del mismo personaje en el cine de mi barrio cuando proyectaron una vieja película titulada “la máscara de Fu Manchú” y protagonizada por ese genio de la pantalla que fue Boris Karloff. Tuve también por aquel tiempo, al igual que las patotas de muchachos de mi céntrico vecindario de la calle Agustinas, acercamientos más cotidianos y concretos cuando mi madre me enviaba a comprar algunas vituallas al almacén del chino Ly. Era éste un chino de verdad: bondadoso personaje que nos obsequiaba caramelos y que provocaba nuestras hilaridades las pocas veces que se enojaba expulsándonos de su comercio con un iracundo” Fuela cablos de mielda”.


Es verdad que en esos tiempos nuestras preocupaciones eran otras y la lectura de periódicos era casi inexistente, por lo que no pudimos seguir el desarrollo de la revolución Maoísta. Las más de las veces leíamos los crímenes de la época y la clasificación moral que hacía la Iglesia católica en el conservador “Diario Ilustrado” de las películas de entonces, en que la advertencia: “Muy peligrosa, no recomendable para señoritas” orientaba de inmediato nuestro criterio de selección cinematográfico. Sin embargo, esa maravillosa revista que fue El Peneca, contribuyó a desasnarme un poco en este y en otros temas, abriéndome el camino de la China milenaria, de su exquisita civilización y de su refinamiento, a través de las aventuras de Marco Polo que publicaba semanalmente. Estando ya en el Liceo, China fue perdiendo su carácter caricatural para irse constituyendo en algo más complejo, interesante, difícil, políticamente apasionante.


A pesar de estas inconsistencias culturales, cayó en mis manos una de las novelas de las que más disfruté en aquel momento: “La Condición Humana” del magistral André Malraux. La novela está basada en la insurrección popular que se desata en Shanghái en 1927, impulsada por Chou-En-Lai y el Kuomintang, contra el Gobierno de entonces y en la fuerte represión que la sigue, luego que Chang Kai-Shek decide deshacerse de sus aliados del Partido Comunista. Esta fue la primera vez que a través de una apasionante novela entraba en relación con temas político- sociales como el colonialismo, el trabajo infantil, los salarios miserables, las luchas por la disminución de los horarios de trabajo, la huelga general, etc.


Tal vez aquella lectura motivó mi curiosidad adolescente por el personaje Mao Tse Tung que con su sonado anuncio, en 1958, del Gran Salto Adelante, prometiendo hacer de China la primera potencia industrial y militar del mundo, acaparó las páginas de la prensa de nuestro provinciano país.


Este Gran Salto produjo una de las hambrunas más colosales de la historia de la humanidad y la muerte de entre veinticinco y treinta millones de sus compatriotas, la mayoría niños. El sacrificio de la población y la dura represión impuesta durante los cuatro años que duró este experimento, forman parte de una de las etapas más crueles de la experiencia comunista China en tiempos de paz.


La China de Mao y la China taiwanesa de Chang Kai-Shek motivaban ya apasionadas discusiones entre los adolescentes que frecuentábamos el Liceo Valentín Letelier de la oscura calle Recoleta. Nuestras preferencias eran obviamente Maoistas, sin embargo, la gran purga política que desata la Revolución Cultural, con sus guardias rojos, los procesos de autocrítica, los escarnios públicos a los que eran sometidos los llamados enemigos del pueblo humillándolos con agraviantes inscripciones en bonetes puntiagudos de burro que se elevaban desde sus cabezas y la fuerte represión instaurada por la Señora Mao nos fueron dejando un gusto muy amargo y alejándonos de esta experiencia revolucionaria tan distante de nosotros.


Muchos años después, en 2004 viajamos con mi esposa durante tres semanas a China. Nuestro punto de partida fue Pekín: inmensa capital de enormes y limpias avenidas y un incesante ejército compuesto por miles de ciclistas desplazándose ordenadamente en diversas direcciones.


Impresionaba la Plaza T’ien An Men, gigantesca explanada, obra de Mao, cuyo enorme retrato situado en el frontis principal de su Mausoleo, en el centro de la Plaza y no lejos del obelisco, tiene una completa visión de conjunto, particularmente de la imperial Ciudad Prohibida, descrita de manera brillante por Simone de Beauvoir en su ensayo sobre China denominado “La larga marcha”. T’ien An Men ha sido objeto de varias manifestaciones masivas contra el poder comunista, siendo las más significativas la de 1976 que contribuyó al término de la Revolución Cultural y las de Mayo y Junio de 1989 que culminaron con la represión del 4 de Junio de ese año. La gran foto de Mao debe haber sido igualmente testigo del coraje de aquel joven chino vestido de pantalón negro y camisa blanca parado frente al cañón de un tanque e intentando detenerlo, desafiando así la célebre frase que el Gran Timonel escribe en Problemas de la guerra y de la estrategia (1938): “el poder está en la punta del cañón del fusil”.


Desde Pekín es posible visitar La Gran Muralla, imponente con sus 6.700 kilómetros de largo y sus siete metros de alto este monumento nos recuerda el paso de la historia china a través de las varios dinastías que contribuyeron a su construcción y a los más de diez millones de trabajadores muertos, en su inmensa mayoría esclavos, que erigieron este Patrimonio de la Humanidad que el paso del tiempo, la falta de mantención y hasta el fanatismo de la Revolución Cultural la han ido destruyendo. Los casi 7.000 kilómetros de esta verdadera serpiente de ladrillos, piedras y arcilla atraviesan varias provincias, muchas de ellas descritas por la literatura universal e inmortalizadas en novelas como las escritas por Pearl S. Buck, premiada con el Nobel en 1938. La Gran Muralla pretendía separar, en un afán protector y en parte con la complicidad del Desierto de Gobi, la China de las invasiones de mongoles y de otras tribus bárbaras.


Todo es grandioso en China; lo es su historia, su cultura, su población, su maravillosa cocina, sus paisajes que asombran como el impresionante río Li que entre Guilin y Yangshuo se desplaza majestuoso en medio de elevadas rocas sinuosas de colores inciertos. Es grandioso ese ejército de terracota constituido por miles de guerreros, diferentes unos de otros, que para asegurar su protección, fueron enterrados con el poderoso emperador Qin Shi Huangdi, en Xi’an, capital de la provincia de Shaanxi, punto de partida de la ruta de la seda que Marco Polo inmortalizaría en su Libro de las Maravillas, dictado desde su prisión en 1298.


Cerca de Cantón, en Yudu, provincia de Jiangxi, el ejercito comunista, huyendo de las tropas nacionalistas, inicia en Octubre de 1934 una acción también grandiosa: la Larga Marcha, que culmina un año después en Wuqi, provincia de Nigxia, con la unificación de los ejércitos rojos, la supremacía de Mao sobre los nacionalistas de Shang Kai –Shek y su consolidación política que obliga, a regañadientes, a la Unión Soviética a otorgarle su total apoyo.


Esta epopeya que completó un recorrido de 12.500 kilómetros en 370 días, significó también fuertes sacrificios, pérdidas de vidas, sufrimientos personales, abusos y ajusticiamientos que reforzaban otra de las crueles frases que Mao expuso, indignado, a los dirigentes locales del PC en la localidad de Hunan en 1927, luego que estos encarcelaran a los responsables de las terribles violencias cometidas en ese lugar:” Una revolución no es una cena de gala”.


Son también grandiosas sus ciudades como Cantón y Shanghái, esta última un verdadero New York asiático, más desarrollado, con sus rascacielos que se expanden como champiñones y un comercio que deslumbra y agobia. Ambas urbes construidas en medio de insurrecciones sangrientas, con llanto de progreso, con esfuerzo, con sacrificio, con salarios miserables, con destrucción del medio ambiente.


El desarrollo de China se refleja en su importante crecimiento económico, en su envidiable PIB, en el boom de las exportaciones, en las colosales inversiones extranjeras, en el desarrollo de la construcción, en el aumento del consumo, del desarrollo educativo y de la elevación del nivel de vida de sus habitantes; aun cuando más de cien millones de personas viven por debajo de los índices de pobreza y subsisten enormes déficits sociales, de trabajo decente y de libertades públicas. Ambos aspectos – desarrollo y económico y carencia de libertades- recoge tal vez la herencia de los 61 años de República popular que estuvieron, primero bajo la conducción de Mao hasta su muerte en 1976, marcados por la voluntad de transformación radical de las estructuras político, sociales y económicas bajo el signo de la dictadura del Estado-Partido.


Son los años de Den Xiaoping los que inician el bienestar y la prosperidad, no así las libertades públicas ni la democracia, ejemplificando de esta forma, una vez más, que no necesariamente el progreso económico es portador de democracia.


Desde 1977 hasta nuestros días el totalitarismo burocrático se ha consolidado y ha puesto el énfasis en el desarrollo económico como elemento prioritario, fomentando además el nacionalismo.


Las potencias occidentales son indiferentes a lo que ocurre en China en materias políticas. No les importa que sea una dictadura comunista. Son extremadamente cuidadosos en sus apreciaciones públicas, pues están conscientes que, por el momento, sólo el impresionante Mercado Chino puede asegurar la estabilidad y evitar una hecatombe del sistema capitalista a nivel global. Las recientes visitas de las más altas autoridades del gobierno chino a Francia y a los Estados Unidos y las muy cautelosas declaraciones oficiales de los presidentes Sarkozy y Obama, así lo confirman.


Es difícil predecir cómo evolucionará la República Popular en los próximos años, en materia de Libertades y de Derechos Humanos. Sin dudas, su población tiene aún que recorrer un enorme camino para que sus derechos fundamentales se respeten y, sin temor a ser reprimidos, puedan expresarse libremente. Tal vez algunos positivos valores de nuestra cultura occidental se incorporen paulatinamente en sus modos de vida y el humanismo democrático y los derechos sociales formen parte igualmente de su voluntad por superar ese capitalismo que tanto se maldijo y que ahora tanto se adora.
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La próxima Crónica será puesta en línea el 15 de Marzo.

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