viernes, 5 de julio de 2024

TE ACORDAS HERMANO QUE TIEMPOS AQUELLOS…

 

Como una forma de despedida del verano, cada año se celebra el Festival Internacional de la Canción en el otrora elegante balneario de Viña del Mar. La actividad se desarrolla en la Quinta Vergara , recinto que antaño perteneció a José Francisco Vergara uno de los héroes de la Guerra del pacifico, además de hombre político, escritor y fundador de la ciudad.

Este importante y controvertido evento se empeña en presentar en cada temporada a alguna importante figura internacional de la canción. Por allí han pasado algunas celebridades como Celia Cruz, Plácido Domingo, Luis Miguel, Miguel Bossé, Andrea Bocelli, Elton John, Joan Manuel Serrat, Verónica Villarroel Enrique “Muñequita” Guzmán, Juan Luis Guerra, Ricky Martin, Camilo Sexto, Julio Iglesias entre otras muchas figuras relevantes, además de humoristas y de reputadas bandas musicales reconocidas internacionalmente.

Para el año 2024 los organizadores del festival programaron la presentación de Peso Pluma, nombre artístico de un joven cantante mexicano de música urbana que, con sus corridos tumbados con mezcla de Pop, Rap, Reggaetón, hip-hop y diversos otros sonidos alcanzó una espectacular popularidad a nivel latinoamericano e internacional, con millones de seguidores y de visualizaciones en las redes sociales y en diversos medios de comunicación. Entre los temas que lo catapultaron a la fama se cuentan entre varios otros sus éxitos: “Ella baila sola”, “La bebé”, “PRC”, “Con dinero baila el perro” y por cierto “El belicón”; estos tres últimos narcocorridos desataron enormes discusiones, repudios y prohibiciones en diversos países por su violencia y apología al mundo de la droga.

Chile no fue ajeno a estas polémicas que trascendieron el ámbito musical para trasladarse a lo político y a lo académico. Finalmente, frente al barullo desatado, fue el propio artista que desistió presentarse en Viña del Mar.

Sin embargo, Peso Pluma no es el primero que introduce el tema de la droga en las canciones, ni tampoco el primero en promover la violencia marginal moderna. Desde la tradicional Cucaracha que “no puede caminar porque no tiene, porque le falta marihuana que fumar”, creada, adaptada y cantada por los seguidores de Pancho Villa durante la revolución mexicana, en una alusión critica a Victoriano Huerta, quien fuera de ser alcohólico y pro terrateniente era un gran consumidor de esa hierba, hasta ritmos más modernos muchos de ellos, como el hip-hop, salidos de los sectores marginales del Bronx e interpretados por conocidas figuras del ámbito musical.

Relevantes artistas internacionales se han referido al consumo de drogas como, por ejemplo , el incomparable Juanes con su tema “Fíjate bien” , que se interpreta como una advertencia a los peligros de la guerra y de las drogas, “Cocaine” de Eric Clapton, Bob Dylan con su canción “Cocaine Blues”, “Golden Years “ de David Bowie o la conocida canción de Rolling Stones “ Sister Morphine,  entre muchos otros.

Y por cierto no podemos olvidar la letra del maravilloso tango “Tiempos Viejos” con letra de Manuel Romero y música del inolvidable Francisco Canaro que, en la primera nostálgica estrofa, habla de Coca y de Morfina que eran las substancias y sus derivados más en boga en aquellos años y su consumo en Latinoamérica, en ese entonces, reservado a intelectuales, noctámbulos y a las capas medias y superiores.

“¿Te acordás, hermano? ¡Qué tiempos aquéllos!

Eran otros hombres más hombres los nuestros.

No se conocían cocó ni morfina…”

A diferencia de los artistas mencionados anteriormente que advierten de los peligros del consumo de drogas y sus efectos perversos en la juventud, Peso Pluma emerge con sus apológicos corridos tumbados exaltando la violencia, el consumo de ilícitos y el machismo en un momento de gran expansión y consumo de drogas en América Latina aparejado   de un fuerte incremento de la violencia y de la delincuencia.

Es la juventud, junto a niños y adolescentes pertenecientes a sectores populares o de capas medias los que son más afectados, pero el flagelo abarca también a gente de más edad y de sectores sociales diversos, sin olvidar la clase política que en muchos casos fomenta y actúa acorde con los narcotraficantes.

Emulando y tergiversando a “Conversación en la Catedral” de Vargas Llosa, podríamos preguntarnos: ¿cuándo se jodíô Latinoamérica con el consumo y el tráfico de drogas?

El fenómeno es mundial y antiguo. Para no remontar demasiado lejos, hay que recordar que el siglo 19 había sido el escenario de las famosas guerras del opio en que fundamentalmente los británicos con el apoyo de holandeses, franceses, portugueses, norteamericanos y rusos obligan a China a legalizar el comercio del opio, despenalizar su consumo y abrir sus fronteras para expandir las transacciones del producto en beneficio de Inglaterra y de sus aliados comerciales. Además, con el objeto de   facilitar la transferencia de los recursos generados, los ingleses, crean instituciones bancarias que hasta hoy subsisten. Paralelamente, a través de tratados específicos, se le expropió a China importantes territorios.

Posteriormente, los siglos 20 y 21 serán los de la fuerte expansión del comercio y del consumo de droga y sus derivados, enfrentándose el continente a los problemas típicos del subdesarrollo en que las preocupaciones se centraban en políticas de crecimiento para disminuir la enorme pobreza y solucionar demandas urgentes en materias de empleo, salarios, salud, educación y vivienda entre otras. Si bien, tal como lo señala el tango ya hay preocupación a inicios del siglo 20, el consumo de ilícitos, estaba radicado, como lo dijimos,  en determinadas categorías sociales o intelectuales que, con el argumento de la creatividad, justificaban el consumo de marihuana o de LSD. En los sectores pobres el consumo de alcohol y tabaco era el flagelo preocupante junto al neoprén aspirado por niños y adolescentes.

A partir de los años 1970 debido al fuerte incremento del consumo de drogas en Europa y los Estados Unidos, las organizaciones criminales se organizan como carteles en América Latina, dominando la producción, comercialización y diversificación de las diversas drogas hacia los Estados Unidos, Europa, América Latina y otras regiones del orbe. Hay que precisar, sin embargo, que a inicios de siglo ya se habían iniciado de manera importante en algunos de estos oficios México, Colombia y en menor escala Perú y Bolivia. América latina, según informa la CEPAL, se convierte a partir de esos años en el mayor productor de hoja de coca, pasta base, cocaína y compite aceleradamente en la producción de marihuana, amapola, opio, morfina y derivados.

El consumo aumenta considerablemente en la juventud y en los sectores sociales más vulnerables que no solo se contentan con la conocida marihuana, sino que se procuran cocaína, crack y pasta base delinquiendo para procurarse los recursos necesarios. Ello genera violencia, inseguridad, afectando al desarrollo económico, a la inversión y deriva paulatinamente hacia formas autoritarias de gobierno.

La pobreza, la exclusión social, la falta de oportunidades, los déficits democráticos, la corrupción, la debilidad de las instituciones y la enorme desigualdad existente son algunos de los factores que contribuyen poderosamente al incremento de la producción, al comercio y al consumo de drogas. Recordemos que América Latina es el continente más desigual del mundo, encabezado por Chile, según el índice de Gini y que la corrupción a penetrado en la política continental con varios presidentes, ex ministros, militares de alto rango, parlamentarios, alcaldes etc., encarcelados en los Estados Unidos o en sus propios países.

¿Necesitaba entonces Chile y América Latina la presentación de un artista promotor de las drogas, de la violencia, del dinero fácil y del atropello a la mujer? ¿Era necesario que un Municipio liderado por la izquierda junto a los más importantes canales de televisión, propiedad de conspicuos empresarios hayan preconizado esta presentación? Afortunadamente, el propio cantante suspendió su actuación debido a la indignación y a la fuerte polémica suscitada, dejándonos la tranquilidad para recordar “Tiempos Viejos” y a la rubia Mireya.

Paris, marzo 2024.

 

 

 

 

 

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