martes, 9 de julio de 2024

SE EQUIVOCÔ EL REYECITO

 


Muchas personas deben aun recordarse de ese pintoresco personaje que aparecía en algunas tiras cómicas de diversas revistas extranjeras y que en los años de la dictadura chilena el dibujante Guillo popularizo en las pocas revistas toleradas por los militares, a las que sin embargo clausuraban periódicamente.

Al igual que el otro famoso Reyecito creado en 1930 por el norteamericano Otto Soglow, que en tiempos de la España de Franco ridiculizaba y criticaba al dictador poniendo en exergo la tiránica frase “el pueblo soy yo”, el de Guillo es igualmente un personaje autoritario, egocéntrico vestido con una corona y una capa. Ambos personajes gargarizan con la palabra “pueblo” actuando como muchos de los políticos del mundo real, completamente en contra de los intereses del soberano.

Esas imágenes no dejan de recordarme en estos tiempos de elecciones, la figura del actual presidente de este maravilloso país que es Francia, cuando asume su mandato caminando hacia la Pirámide del Louvre con aires de Faraón, pero con alma de egocéntrico reyecito, sin armiño y sin corona.

Nuestro galo reyecito, que fue miembro del Partido Socialista y ministro del también socialista François Hollande se aleja sin escrúpulos de su círculo y se presenta a la presidencia de la república obteniendo la victoria en la segunda vuelta frente a Marine Le Pen, apoyado por la derecha republicana, por el centro político y por la izquierda que en conjunto hicieron barrera para impedir el triunfo de la extrema derecha.

Los cinco años de su primer mandato que se inicia en 2017 y su posterior reelección han estado marcados además de la gran crisis desatada por el coronavirus, la que enfrentó y resolvió muy favorablemente, por otras de tipo económico y social de las que salió bastante menos airoso debido a la aplicación de medidas económicas neoliberales y un fuerte apoyo financiero y fiscal a las empresas y a los mas ricos en desmedro de las clases populares.

El gran movimiento social de los llamados “chalecos amarillos” fue una explosiva protesta popular rural y urbana que se inicia en noviembre de 2018 como repudio a esas políticas y en particular a las excesivas alzas de los hidrocarburos. En la medida que el movimiento se amplifica, son incorporadas reivindicaciones salariales, de condiciones de trabajo, de participación ciudadana, de una mayor justicia fiscal y la demanda del restablecimiento del impuesto a la fortuna suprimido por Macron. Es interesante señalar que la reivindicación de terminar con el aislamiento rural, la necesidad del mejoramiento y de la expansión de los servicios públicos, entre ellos el hospital y la atención médica son demandas que han prevalecido hasta ahora. El movimiento se diluye producto de la pandemia del corona virus y de la violencia desatada en algunas manifestaciones.

Obviamente una vez que el país vuelve a la normalidad todas las reivindicaciones expresadas por el movimiento y explicitadas en los miles de Cuadernos de Quejas (“cahiers de doléances”) y en los debates ciudadanos son completamente ignoradas, a excepción del impuesto a los hidrocarburos. 

Macron fue elegido por segunda vez en 2022 nuevamente con el apoyo del frente republicano para impedir la victoria de Marine Le Pen y con una mayoría relativa en el parlamento.

En este segundo mandato la popularidad del presidente cae a niveles preocupantes debido al impacto económico del conflicto ruso-ucraniano, de la continuidad de sus medidas neoliberales, del anuncio de enviar militares al suelo ucraniano y sobre todo por impedir el debate parlamentario imponiendo por la fuerza del decreto constitucional 49.3,  impopulares medidas entre las que se destaca la  reforma al sistema de pensiones que aumenta la edad del retiro a 64 años, además de  su adhesión  incondicional a las normas  impuestas por la Unión Europea a los agricultores lo   que desata masivas movilizaciones y protestas de estos últimos poniendo en jaque al gobierno.

El 9 de junio de 2024 se realizan , con una fuerte participación, las elecciones para configurar el Parlamento Europeo. Los resultados fueron catastróficos para los candidatos de la mayoría presidencial de Macron. Imponiéndose el Partido de Le Pen con Jordán Bardella a la cabeza con 30 diputados, seguido por los socialistas con un extraordinario score de uno de sus líderes, Raphael Glucksmann en un empate con los candidatos del partido de Macron que eligen 13 diputados cada uno; en cuarto lugar la Francia Insumisa con 9 escaños, Republicanos con 6 diputados y  ecologistas  con 5 parlamentarios al igual que los que obtiene Marion Marechal Le Pen. 

Frente a esta dura derrota, sin consultar a nadie y tal vez en un acto irresponsable y de soberbia propia de reyecito, el presidente decide hacer uso de la prerrogativa constitucional para disolver la Asamblea Nacional y convoca a elecciones para los días 30 de junio y 7 de julio en primera y segunda vuelta respectivamente.

Ante el peligro de una contundente victoria del intolerante y racista  partido de Bardella-Le Pen, la ciudadanía se moviliza en las dos vueltas como pocas veces en la historia de la quinta república con aproximadamente un 66,6% de participación. Los resultados de la primera vuelta confirman los pronósticos de los institutos de sondages. El partido Reagrupación Nacional (Rassemblement Nacional) de la extrema derecha junto a los partidarios del Republicano Ciotti, obtiene una votación muy significativa seguido por el recientemente creado Frente Popular que agrupa a la Francia Insumisa de Jean Luc Mélenchon, a los Socialistas, Comunistas y Ecologistas, además de otras fuerzas menores de la izquierda. Los candidatos del partido de Macron llegan en una lejana tercera posición.

Todo hacía predecir que luego de la segunda vuelta se confirmarían las predicciones de opinólogos, cientistas políticos, medios de comunicación y otros; pero SORPRESAS TE DA LA VIDA como dice Rubén Blades en su canción “Pedro Navajas”. La gran movilización, el llamado de la izquierda y en menor medida de los macronistas a desistirse si un candidato de sus filas estaba en última posición para favorecer a otro candidato que pudiese vencer a la extrema derecha; la constitución de un frente republicano para detener a la derecha extrema dio los siguientes sorpresivos resultados para constituir una Asamblea de 577 diputados.

En primer lugar, aparece, el Nuevo Frente Popular con 182 diputados seguido por Ensemble el partido del presidente con 168, Reagrupación Nacional con 143, los Republicanos con 45, las Izquierdas diversas con 13, los Diversos centros con 6; los Regionalistas con 4; Otras derechas con 15 y diversos con 1.

Mas allá de la alegría de haber sido capaces de movilizar, de unirse por el lado de la izquierda en un Nuevo Frente Popular, de haber podido constituir un frente republicano que impidió el triunfo de Bardella – Le Pen y de haberse  facilitado mutuamente la elección de varios diputados entre izquierda y macronistas, una sombra persiste: ninguna de las coaliciones actuales está en medida de constituir por si solas una mayoría parlamentaria que pueda dar gobernabilidad al país. Sera necesario entonces proceder a establecer alianzas con otras fuerzas políticas.

El actual primer ministro, Gabriel Attal presentó su dimisión al presidente de la República quien se la rechazo hasta que un nuevo premier sea designado. Según la costumbre, el presidente debe nombrar a un primer ministro propuesto por la agrupación política mayoritaria que en este caso y por el momento es la Francia Insumisa que puede proponer para el cargo a su líder Mélenchon, el que no goza de las simpatías de la gente por sus posiciones violentas, desmedidas y   extremas  a pesar de su inteligencia y cultura.

El presidente Macron ausente del pais por participar en una reunión de la OTAN, envia una carta publica a los franceses donde afirma que nadie obtuvo mayoría luego de la elección, creando nuevas confusiones y debates.

Los socialistas esperan constituir un grupo parlamentario que supere en número a la Francia Insumisa y así poder nombrar a un primer ministro de sus filas o de sus simpatías. Los macronistas esperan hacer alianzas con Republicanos (LR) y otros grupos de derecha, pero las cuentas hasta el momento no calzan. Algunos hablan de alianzas que excluyan a los Insumisos, otros de establecer alianzas por proyectos etc.  

Los próximos días o las semanas que siguen nos darán más luces; sin embargo, hay algunas lecciones que retener de esta elección para el futuro inmediato. 

En primer lugar, según estos resultados, el poder político recaerá en el parlamento por sobre la presidencia de la república, lo que modificará las reglas del juego político y podría  llevar a la ejecución de un programa de gobierno muy opuesto a las políticas de Macron. En segundo lugar, se va madurando la idea de la unidad, de las alianzas y de la necesidad de establecer un sólido frente republicano que pueda dar gobernabilidad y contribuir a una profundización de la democracia para aplicar la justicia social, lo que es una tarea muy compleja por el momento.  

Finalmente, habrá que tener presente que la soberbia, en la que ha incurrido  el presidente Macron,   ha sido estigmatizada como pecado capital por la iglesia católica y reservada a quienes la ostentan , según Dante Alighieri en su Divina Comedia, a ser recluidos en uno de los círculos más terribles del infierno. Las consecuencias de su irresponsable actuación podrían haber llevado a gobernar a una de las derechas mas extremas de Europa y aun no se sabe  a qué otros peligros se vera enfrentada la democracia francesa en el futuro.

También se vislumbra algo preocupante en el horizonte: la extrema derecha obtuvo 10 millones de votos aproximadamente en el país de la libertad, de los derechos humanos, de la solidaridad y de la fraternidad. Es importante entonces que cualquiera sea la conformación gubernamental a venir, habrá que retroceder en las políticas neoliberales y proceder a tomar en consideración y aplicar  las demandas urgentes  de las grandes mayorías  que aspiran a niveles de trabajo, de salarios  y de vida decentes. Para esto es fundamental desarrollar un efectivo dialogo social que hasta el momento ha estado ausente.

Paris,  julio 2024.

 

 

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